Junko Furuta era una joven estudiante de 16 años originaria de Tokio, Japón, solía vivir con sus padres y hermanos y era una trabajadora de medio tiempo en una fábrica de plásticos, todo eso hasta que su vida fue arrebatada un 4 de enero de 1989.
Desafortunadamente, la historia de Furuta va mucho más allá de un asesinato, pues antes de morir permaneció secuestrada durante 44 días, siendo torturada y abusada sexualmente por un aproximado de 100 hombres.
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Su lamentable final comenzó un 25 de noviembre de 1988, cuando la adolescente manejaba su bicicleta de regreso a casa al salir del trabajo. En su camino se topó con dos de los secuestradores, Minato Nobuharu y Hiroshi Miyano, este último conocido por ser integrante de la pandilla ‘Yakusa’, uno de los grupos criminales más peligrosos de Japón.
Luego de ser interceptada, la joven fue obligada a llamar a sus padres para avisarles que se encontraba bien y que había tomado la decisión de dejar su hogar. Posteriormente, la llevaron hasta la casa Minato Nobuharu, fue ahí donde inició el calvario de Furuta.
EL SECUESTRO Y ASESINATO DE JUNKO FURUTA
Junko pasó 44 días secuestrada, mismos en los que fue víctima de múltiples violaciones, golpes, quemaduras, humillaciones, obligada a comer orina e insectos, entre otros.
De acuerdo con las investigaciones, los secuestradores invitaban a más integrantes del grupo Yakusa para que presenciaran las torturas y abusaran de Junko cuantas veces quisieran. Se estima que la joven fue abusada en más 400 ocasiones por diferentes personas.
El 4 de enero de 1989, Furuta fue retada por Miyano para jugar una partida de Mahjong, pero tras perder contra ella, el hombre optó por vengarse y finalmente asesinarla junto a los otros delincuentes. Se dice que el ataque duró cerca de dos horas, en el que la adolescente fue golpeada y quemada hasta morir; su cuerpo se encontró tres meses después en un contenedor con cemento.
EL JUICIO DEL CASO JUNKO FURUTA
Aunque los actos de Hiroshi Miyano, Jo Ogura, Minato Nobuharu y Yasushi Watanabe eran imperdonables, debido a la manera en que abusaron de Junko, las consecuencias no fueron tan graves para ellos.
Dado que los 4 jóvenes aún eran menores de edad al momento de cometer el delito, la corte les dictó condenas de apenas 8 años, mientras que solo Hiroshi Miyano obtuvo 17 años de prisión.
A pesar de que los criminales fueron puestos en libertad al poco tiempo de sus sentencias, dos de ellos, Minato y Ogura regresaron a prisión por otros faltas cometidas después. El resto permanecen en libertad.