A cuatro años de la muerte del sacerdote José Luis del Río Santiago, religioso autorizado para practicar exorcismos en la Diócesis de Saltillo, aún no hay un sucesor designado por el Obispo Hilario González, aunque existe una pastoral de consolación y sanación para dar seguimiento a través de sacerdotes capacitados y laicos que apoyen en oración.
Durante el transcurso de este año, varios sacerdotes han sido capacitados en Ciudad de México para enfrentar casos de exorcismo. Sergio Marroquín Narváez, titular de la Comisión Pastoral de Comunicación Social, declaró que el demonio es una ser espiritual que es necesario expulsarlo a través de la oración.
–¿Qué es el demonio?
– Es un ser espiritual que es el que puede estar en posesión a una persona cuando Dios se lo permite, por una causa extraña o misteriosa. No es un ser intelectual, o sea no lo puedes tocar. Y presumiblemente son de los ángeles caídos, hay ángeles buenos y ángeles caídos. Desde el Apocalipsis viene ahí descrito que la cola del dragón, es decir: del diablo, se llevó a un tercio de los ángeles del cielo bajo engaños, entonces ellos decidieron ir con el Diablo y pues ahí está, porque sus decisiones son permanentes.
–¿Qué es el exorcismo?
–El exorcismo es un rito de la Iglesia en donde son rezos, donde se reza para que un alma que está posesa, quede liberada. Hay un rito, unos rezos en donde la Iglesia le dice al sacerdote que decir para poder expulsar, aparte el sacerdote se ayuda de de laicos que están rezando, sobre todo el rosario, porque nosotros creemos que la Madre de Dios es la que tiene también el poder, es la criatura que más odia el diablo o los demonios, y ayuda para que el alma quede libre. Entonces cuando dices la palabra exorcismo es rezar. De repente las películas siempre agarran las cosas que pueden pasar y las hacen magnas, pero en realidad es rezar.
–¿Cómo se representa el demonio en una gente poseída?
–Hay varias situaciones. Es un significado, son signos externos en donde empiezan a cambiar la voz; en donde pueden tener una fuerza no propia de la persona que pueda estar posesa. Ya si empiezas a imaginar que lo aviente y destruye paredes, que aviente gente a no sé cuántos metros es muy complicado. Se ha sabido de uno o dos casos a nivel mundial, pero nada más es eso, pero sobre todo es porque no está conforme con con su ser y se puede auto flagelar o se puede infligir alguna herida. Más que nada es eso, pero cambio de voz o que no puede ver una imagen o se le empieza a hacer un rezo empieza a poder tener alguna contorsión, que lo hace de una manera en que la persona no está de acuerdo, o sea, pierde el conocimiento, empieza a actuar de una manera extraña. A lo mejor los ojos pueden quedar en blanco, etcétera, pero esos son los casos más complicados. En realidad es no estar contento consigo mismo, y para eso se necesita descartar que no sean enfermedades mentales o algo físico que tengan las personas, entonces ya cuando se descarta eso es porque la persona puede estar poseída.
–¿Quién puede exorcizar a una persona?
Nada más el sacerdote autorizado por el Obispo, y este sacerdote puede recurrir a laicos para que estén rezando mientras se efectúa el exorcismo.
–¿Qué características debe tener un sacerdote que haya sido aprobado por el Obispo?
–Debe ser docto, intachable, que en realidad así deberían de ser todos los sacerdotes y todos los cristianos, pero es una persona, digamos que está con conocimiento y debe ser aprobado por el Obispo, una persona íntegra ¿En qué sentido? ¿Y por qué? Porque se puede dar a charlatanería todo esto. Dentro de la Biblia hay casi 90 referencias sobre el mal, sobre el Diablo, sobre los demonios. Si nosotros creemos en un Dios, sabemos que hay un mal también, que es el que está ejerciendo dominio sobre el mundo, entonces en base a eso se hacen los ritos de exorcismo, para que la persona supuestamente posesa pueda quedar libre, como se ha demostrado a través también de la Biblia y a través de la historicidad de los casos que ha habido y que son conocidos mundialmente.
–¿Qué es una pastoral de consolación y sanación?
–Para cuando llega la persona que está posesa, tiene que pasar un proceso donde habla con el sacerdote y esta persona supuestamente posesa está con la familia, pero hay que discernir y la mayoría de las personas que van, porque sienten que están posesas, no están posesas, es por otra cosa: ansiedad, cuestiones mentales o cuestiones físicas como comentamos, pero para llegar a esa persona, viste como 100 personas antes, pero esas personas tienen alguna otra situación, algunos tienen en su casa, no es exorcismo de casos, sino se llama de infestación, se bendicen las casas, se bendicen artículos; algún animal o algo por ahí que haga cosas extrañas porque casi no hay, al menos aquí, pero tiene que ser un acompañamiento.
–¿Cuántos posibles casos recibe el obispado de exorcismo?
–No hay un número en si, hay días en que van muchas personas y días en que no va nadie. En casos así no le he preguntado a los padres que han realizado esto, pero de posesiones son extremadamente pocos, y nosotros no damos números porque luego la gente se puede asustar, pero en realidad es casi ninguna. Por eso es la pastoral de acompañamiento, consolación, porque llegan con una situación, hay que seguirle un proceso a esa persona.
–¿Cuál es el protocolo a seguir?
–Primero es el discernimiento, del sacerdote que vea que si es posible, entonces se tiene que descartar, se tiene que llevar con psicólogos, psiquiatra o médico, hacerle ciertas pruebas. Vaya, recurrimos a la ciencia para que nos ayude, para saber si no está con otra situación que no sea una posesión. Es un proceso despacio.
