Hace más de 11 años se suscitó una tragedia en la comunidad indígena de Tierras Coloradas, ubicada en el municipio de Mezquital, Durango, ya que los habitantes tuvieron que escapar de sus viviendas y observar cómo un grupo de delincuentes atacaba e invadía su patrimonio.
¿QUÉ OCURRIÓ EN TIERRAS COLORADAS?
Fue el 28 de diciembre de 2010, a vísperas de año nuevo, cuando un comando armado de 60 personas atacó el lugar, incendiando las casas, 27 automóviles, 2 escuelas, un edificio y un auto de una dependencia gubernamental.
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De acuerdo con algunos medios locales, dos días antes del ataque, alrededor de 10 personas pertenecientes al grupo delictivo "Los Zetas" habían llegado a Tierras Coloradas para "hacer de las suyas", pero los pobladores se defendieron y mataron a uno de los atacantes, provocando la furia de los criminales que terminaron tomando venganza.
Los residentes del lugar tuvieron que esconderse en las montañas o en poblados cercanos como Agua Prieta durante casi una semana hasta que los soldados llegaron a lo que quedó del pueblo. La situación se dio a conocer hasta el 6 de enero de 2011.
El gobernador de aquel entonces, Jorge Herrera Caldera, felicitó a los militares y policías federales por reforzar la vigilancia en la zona, y se enviaron brigadas de salud, educación y vivienda para atender a los lugareños e iniciar la reconstrucción de los hogares destruidos.
Se necesitaron, por lo menos, 1 millón de dólares para reconstruir el poblado, y el gobierno de Durango necesitó otros 3 millones para construir viviendas de aproximadamente 1,400 personas que huyeron del municipio Pueblo Nuevo por las amenazas de los narcos.
El ataque a Tierras Coloradas es uno de los más dramáticos ejemplos de un fenómeno que sigue oculto en la guerra del narcotráfico en México: gente forzada a abandonar sus casas por la violencia.