El pozole, ese tradicional platillo que se prepara casi en todos los hogares de México para celebrar el Grito de Independencia, en el México prehispánico se disfrutaba con carne humana que pertenecía a los guerreros sacrificados.
El autor del libro, “El mundo prehispánico para gente con prisa”, Enrique Ortiz, explicó en un hilo desde su cuenta de Twitter @Cuauhtemoc_1521 el origen del pozole.
“La palabra pozole viene del náhuatl potsoli que significa espumoso, por lo tanto, apotsoli es agua espumosa. Importante no juzgar estos hechos con los ojos del presente. Muy posiblemente estos rituales se llevaban a cabo desde antes de la existencia de la propia Tenochtitlan”, planteó.
Se consumía la carne de los guerreros
De acuerdo con el autor, el pozole se consumía en la veintena llamada Tlacaxipehualiztli, "desollamiento de hombres", dedicada al dios Xipe Totec "Nuestro señor el desollado". La deidad estaba asociada con la regeneración natural, la fertilidad, el maíz y la guerra.
Durante esta temporada se llevaban a cabo los sacrificios gladiatorios, combates desiguales entre cautivos de guerra y guerreros de élite mexicas sobre un temalacatl - una escultura cilíndrica grabada con motivos solares-.
“El guerrero no podía consumir a su prisionero, ya que tomaba el rol de su padre y protector desde su captura hasta el momento de su sacrificio. Esto también sucedía con los cautivos que eran sacrificados mediante la extracción del corazón. Las vísceras eran desechadas”, detalló.
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¿Cómo se preparaba?
El escritor informó que la carne humana era hervida con los granos de maíz del cacahuacintle; se les ponía a hervir con cal por varias horas para que perdieran su cáscara fibrosa, su piel, de la misma Este proceso aún es utilizado en México y le llamamos nixtamalización.
“Recordemos que la carne del prisionero sacrificado en los altares de los templos, frente a la presencia de los dioses, transmutaba en algo sagrado, en algo expuesto a la divinidad. También se le podía llamar a este ritual Teocualo, ´devorar al dios’”, destacó.
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No era canibalismo
Señaló que falso que los antiguos nahuas y otros grupos mesoamericanos consumieran la carne humana por falta de proteínas en su dieta.
“No eran caníbales. Ellos practicaban la antropofagia ritual, que es muy diferente. Su alimentación contaba con una gran cantidad de proteínas”, enfatizó.
TERMINARON COMIENDO CARNE DE PUERCO
En el libro Azteca de Gary Jennings, Mixtli, el protagonista, quien había sido guerrero, narraba a los frailes que la carne humana tenía un sabor muy similar a la carne de puerco, animal que habían traído desde España.
“En evidentemente, con la victoria hispana sobre Tenochtitlan se prohibieron estos rituales en los territorios dominados por ellos. A partir de ese momento el pozolli fue hecho con carne de cerdo. Finalmente, existe evidencia arqueológica de consumo de carne humana entre los nahuas”, añadió Enrique Ortiz, que desde Twitter reveló que en algún momento el pozole si se preparaba con carne humana.
Nota originalmente publicada en: El Sol de Tampico