¿En qué consiste un choque de huracanes y cuál es su peligrosidad?

El fenómeno también recibe el nombre de "Efecto Fujiwhara", pues fue descubierto tras la observación de un doctor japonés

Guillermo Pichardo | El Sol de Puebla

  · viernes 3 de junio de 2022

En días recientes las costas de Oaxaca se vieron impactadas por el huracán Agatha, cuya intensidad hizo que algunos se cuestionaran sobre lo que sucedería si dos fenómenos de este tipo se conjugaran. / Foto: EFE

En días recientes las costas de Oaxaca se vieron impactadas por el huracán Agatha, cuya intensidad hizo que algunos se cuestionaran sobre lo que sucedería si dos fenómenos de este tipo se conjuntaran en un fenómeno conocido como “choque de huracanes”, por lo que algunos especialistas han hablado al respecto para explicar lo que sucedería.

Y es que recientemente surgió un temor de que las aguas cálidas del Golfo de México se transformen en una "incubadora" de huracanes, pues tan sólo en la temporada 2022 se prevén entre 14 y 21 tormentas tropicales, por lo que sería el séptimo año consecutivo con una actividad por encima del promedio, de las cuales entre 6 y 10 terminar como huracanes.

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Incluso acerca de las categorías, entre 3 y 6 de los huracanes que se encuentran previstos para la temporada, las categorías que podrían alcanzar se encuentran en las escalas de 3, 4 y hasta 5 grados en la escala de intensidad Saffir-Simpson.

Y es que como si se tratara de un automóvil en una gasolinera, las condiciones de las aguas en el Golfo de México sirven como combustible para estos fenómenos, así lo advirtió Anthony Reynes, meteorólogo del Centro Nacional de Huracanes (NHC), con sede en Miami.

Es posible que se junten dos huracanes. / Foto: Pixabay

¿QUÉ ES EL CHOQUE DE HURACANES O EFECTO FUJIWHARA?

La interacción de dos huracanes es conocida como Efecto Fujiwhara y es descrito como una danza en el que las dos tormentas se atraen orbitando entre sí, lo que genera que las direcciones y las fuerzas que tenían estos fenómenos cambie de manera radical; cabe mencionar que para esto suceda basta que la cercanía entre ambos fenómenos sea de por lo menos 300 kilómetros.

Luego de que comienza esta danza, el huracán más fuerte toma un efecto dominante en la trayectoria del ciclón débil, incluso si la fuera es mucho menor, el más débil rotará alrededor del dominante y en caso de chocar con su vórtice incluso puede ser absorbido; si ambos son de las mismas dimensiones la situación será diferente.

Uno de los primeros escenarios, si ambos huracanes son de las mismas dimensiones, consiste en que giren entre si durante un periodo de tiempo y posteriormente continúen sus respectivas direcciones tiempo después; en tanto que otro de los escenarios consiste en que ambos se atraigan, se unan y formen una tormenta tropical aún más grande.

Cabe puntualizar que si bien en los mares es común que suceda este fenómeno, en las costas es más complicado aunque no imposible; en cuanto al nombre que recibe se dio por un doctor japonés con el apellido Fujiwhara, cuando entre 1921 y 1923 hizo una serie de observaciones y experimentos al respecto.

A todos estos fenómenos se suman los efectos de La Niña en el océano Pacífico, el cual genera que se potencialice la actividad ciclónica en esta cuenca y el cual ha sido determinante en otras temporadas de huracanes para generar ciclones más severos, según afirmaciones de Hugh E. Willoughby.

Finalmente, los especialistas esperan que fenómenos como una gran nube o masa de polvo del Sáhara, al cruzar por el Atlántico, tenga un impacto positivo y reduzca o dificulte la formación de tormentas y huracanes, debido a la reducción de la humedad en la atmósfera reduciendo el vapor de agua necesario para la formación de los ciclones.

Nota publicada originalmente en El Sol de Puebla.