Exnovio le tatúa su nombre en la cara a la fuerza: fue secuestrada y torturada

El exnovio de la joven se rehúso a terminar la relación y la obligó a que se tatuara su nombre

Gabriela Hinojos | El Sol de Parral

  · jueves 26 de mayo de 2022

Su exnovio se le acercó y la subió a un vehículo por la fuerza, para luego obligarla a tatuarse su nombre en el rostro. Foto: Pixabay

Un nuevo caso de violencia contra las mujeres ha causado revuelo tras hacerse público en Brasil, la historia gira en torno a la joven Tayane Caldas, de 18 años, quien fue obligada a tatuarse el nombre de su expareja en el rostro, luego de terminar con él, a lo que el sujeto se rehusó.

La mujer narró con lujo de detalles, los horrores a los que fue sometida por su exnovio, Gabriel Henrique Alves Coelho, quien se oponía a terminar su relación sentimental.

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La mujer narra que su exnovio le amarró las manos y le dijo que le iba a tatuar la cara, Foto: Pixabay


Tayane Caldas cuenta que todo comenzó el pasado viernes, cuando salió de su domicilio para dirigirse a un curso, momento en que su expareja se le acercó y la subió en su vehículo por la fuerza. A continuación, fue llevada a la casa de Gabriel, sitio donde fue sometida a una serie de torturas, con insultos y agresiones.

Mientras la torturaba, su exnovio dijo que le haría un tatuaje en el rostro

“Inmediatamente después de los ataques, me ató los dos brazos y dijo que me iba a tatuar la cara. Lloré, supliqué. Le pedí que no lo hiciera porque destruiría mi vida y él dijo que lo haría de todos modos. Y mientras gritaba, me golpeó. Solo vi el tatuaje hecho después y solo pude llorar”, contó Tayane Caldas a medios de comunicación en Brasil.

De manera oportuna, la madre de la mujer fue quien realizó la denuncia antes las autoridades, quienes lograron capturar a Gabriel y trasladarlo hasta un centro de detención provisional. Fue denunciado por el presunto delito de violencia doméstica y le impusieron una orden de restricción.

La joven Caldas cuenta que sostenía una relación con Gabriel desde hacía dos años, pero llevaba casi seis años de conocerlo. Afirma que todo transcurrió con normalidad durante los primeros meses de noviazgo, pero al cabo del primer año, el chico empezó a manifestar comportamientos posesivos, al grado de llegar a agredirla.

“Me empezó a impedir que me pusiera un conjunto, después de caminar con mis amigos y cuando lo vi ya me estaba golpeando. Terminé contándoselo a mi mamá y terminamos. A los ocho meses me dijo que iba a cambiar y acepté, fue mi mayor error”, puntualiza la joven en su testimonio, tras sobrevivir a su tóxica relación.

Nota publicada originalmente en: El Sol de Parral