Son muchas las leyendas que se cuentan en todo Coahuila, pero ¿conocías sobre los tesoros escondidos? Te contamos la leyenda de los tesoros entendidos en San Pedro de las Colonias.
Cuenta la leyenda que luego de desbordarse el Río Nazas a mediados de los años sesenta unos supuestos tesoros quedaron escondidos. Actualmente, los sampetrinos cuentan que para San Pedro de Las Colonias aún se pueden encontrar enterrados tras muchos años del desborde.
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El tesoro maldito de San Pedro de las Colonias
Cuenta la leyenda que luego del desborde, hombre llamado Mariano, que se dedicaba a la ganadería, vivía en la parte baja del municipio en la Bandurria. Cerca de su hogar estaba el lugar conocido como Las papas. El hombre pasaba los días y noches en su jacal construido a un costado del corral de sus animales.
Una noche, sin poder dormir por los mosquitos, encendió una fogata para alejarlos, pero al no conseguirlo decidió salir a dar una vuelta caminando. En su recorrido vio una luz encendida en un terreno cercano a La Bandurria, y al no haber agua cerca decidió acercarse.
Conforme se acercaba, la luz esta desapareció y don Mariano vio un boquete profundo en el suelo. En su interior vio un jarrón, parecido a las tinajas de barro donde se guardaba el agua.
Sorprendió, el hombre, exclamó ‘esto debe ser un tesoro, y es para mí’, por lo que comenzó a sacar la arena con sus manos, pero pese a sus esfuerzos no parecía acercarse al jarrón.
Tras un tiempo escarbando se comenzaron a escuchar ruidos. Era una especie de galopeo que se acercaba lentamente, pero el hombre no podía distinguir la dirección del sonido, pues miraba a su alrededor y no veía nada más.
El galopeo ahora se tornó en voces que maldecía, cada vez con más intensidad. La situación le generó tal miedo que el ganadero se desmayó en el lugar.
Más tarde Mariano despertó y en el boquete donde estaba el jarrón ahora solo yacían pedazos de carbón. Se dice que el hombre logró ver que el galopeo venía de un jinete revolucionario, el cual se acercaba y gritaba con furia a los alrededores del boquete.
La gente asegura que el tesoro ahí sigue, pero este está maldito y solo será sacado por la persona elegida, la cual no era Mariano.