Por más de 70 años, el mercadito navideño ha sido parte de su vida, una tradición familiar que por generaciones se ha transmitido; es el amor a esta tradición, lo que mantiene aquí, en el local número 28 del tradicional mercadito de la calle Ildefonso Fuentes.
La familia Morales Mendiola, se ha dedicado al comercio por décadas; los hijos y hasta nietos, han crecido en este lugar, en el que cada año regresan para compartir las tradiciones decembrinas con sus clientes y compartir la magia de la Navidad con cada uno de los laguneros que adquieren sus piezas.
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Incluso, en un inicio, cuando comenzaron a vender piezas para nacimientos, ellos mismos las elaboraban, pero debido a la alta demanda y la venta de ropa que también tenían, poco a poco les fue imposible seguir con esa labor.
El mercadito es herencia de familia
Socorro Morales Mendiola, recuerda cómo en época decembrina, ella y sus hermanos prácticamente dormían en el puesto de sus padres y de ahí, los mandaban a la escuela muy temprano. Prácticamente ahí nacieron y crecieron y por ello es que no sueltan esta tradición, pese a tener cada quien sus profesiones y actividades personales.
“Gracias a Dios mis padres todavía viven y siguen viniendo aquí; ellos siguen siendo los meros buenos pero nosotros y también nuestros hijos nos metimos en estos para ayudarlos”.
Dijo que sí es pesado trabajar en esto pero también, muy bonito. “Lo que más nos gusta es el trato con la gente y mis papás no se quieren ‘rajar’ y aquí estamos nosotros también y por ellos estamos de pie y seguimos aquí”.
"Es toda una vida y yo creo que aquí seguiremos, a pesar de que cada uno hicimos profesión y trabajamos, da vueltas la vida y estamos de regreso en donde crecimos y otra vez apoyando a mis papás que no se quieren retirar”, comentó.
El inicio de esta tradición navideña
Guadalupe Mendiola es la madre de Socorro, ella y su esposo también vendieron ropa por décadas, además de ser parte del tradicional mercadito navideño desde sus inicios en la Plaza de Armas; sin embargo, a raíz de la pandemia comenzaron las dificultades y dejaron la ropa, pero esto nunca consideraron dejarlo.
“Ellos tenían tornos en donde inicialmente hacían las figuritas, pero hace mucho que ya no lo hacen; luego empezaron a tener mayor demanda y a vender más, lo cual no les permitió seguir elaborándolas, por lo que las conseguían.
Siempre les gustó mucho esto, crear las piezas y darles forma, para ellos era como darles vida; esto les daba una conexión especial con cada una y un gran valor sentimental. Consideran que es lo que les abrió camino para permanecer por tantas décadas en este lugar y seguir viviendo de esta actividad.
La magia del mercadito
Socorro considera que aún tiene mucha magia este lugar y que a pesar de que parecía haber estado viniéndose abajo el interés por las tradiciones, el mercadito sigue siendo fundamental para unir familiar, generar convivencia y promover las tradiciones. “Se ha visto mucha participación este año desde que iniciamos, se estaban perdiendo las creencias y otra vez siento que se vuelven a levantar; hay mucha gente grande con sus nietos y en lo personal me da gusto porque creo que sí hace falta inculcar otra vez las tradiciones y los valores”.
Dijo que independientemente si no compran algo, a ella le emociona ver a las mamás o sobre todo a las abuelas, explicándole a los niños que representa cada elemento de un nacimiento, que significa todo eso y que les den una orientación a los niños, considera que eso hace mucha falta.
Finalmente, la señora Guadalupe dijo que con mucho gusto y amor, atenderá hasta que Dios se los permita; sus hijos y nietos continuarán apoyándola también en todo lo necesario en el local número 28 del mercadito navideño de Torreón, que pertenece desde hace décadas a la familia Morales Mendiola.