No, no es un cuento de amor. El deseo de un hombre por enamorar a una joven señorita logró que comenzara la historia de lo que hoy conocemos como Ciudad Lerdo, Durango. Te contamos la historia de Carmen Carreón y su deseo de volver a Lerdo ciudad.
Comencemos por explicar que Lerdo, antes de llamarse así y ser una ciudad, era conocido como el rancho San Fernando, el cual fue rematado por el gobierno de Durango en el año 1836 al hacendado Juan Nopomuceno Flores, quien terminó por desarrollar el lugar hasta volverse una hacienda.
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¿Cómo la Hacienda San Fernando se volvió Villa?
En 1864, mientras Benito Juárez huía de los franceses llegó hasta la Comarca Lagunera, donde fue recibido por los habitantes de la hacienda San Fernando, mismos que aprovecharon para solicitarse la ascensión a rango de ‘Villa’ a la hacienda.
Poco después, Juárez firmó el documento con el cual estipulaba que el territorio de la Hacienda San Fernando dejaría de ser conocido así para ahora llamarse ‘Villa Lerdo de Tejada’, en honor al ilustre político liberal Miguel Lerdo de Tejada, quien para ese entonces ya había fallecido en 1861.
El cronista Jorge Vargas, historiador de Lerdo, explicó “Se tiene la creencia que lo más probable es que haya sido una petición de su hermano Sebastián Lerdo de Tejada a Benito Juárez para conmemorar a su hermano, quien había fallecido en 1861. Actualmente, tiene una estatua exhibida en la Plaza de Armas de Lerdo", comentó.
Pero entonces, ¿cómo dio el salto a ciudad?
¿Cómo Lerdo, Durango se convirtió en ciudad?
Corría el año 1894, cuando la joven Carmen Carreón pidió un regalo de cumpleaños muy especial al jefe político de ese entonces, Juan Ramón Castro, solicitando que realizara las gestiones pertinentes para que la entonces ‘Villa Lerdo de Tejada’ se convirtiera en ciudad.
Todo ocurrió en una fiesta muy importante donde las mujeres vestían de largo y se escuchaba música clásica por todo el lugar, era la celebración de cumpleaños de la hija de una general, la señorita Carmen Carrión.
En aquel evento, se encontraba el jefe político de la Villa Lerdo de Tejada, Juan Ramón Castro, quien a manera de cortejo prometió a la joven lo que quisiera como regalo y que cualquiera que fuera su deseo se le cumpliría.
"Juan Manuel Flores, el gobernador del estado de Durango en aquel entonces, era familiar del hacendado y terrateniente Juan Nepomuceno Flores, que era dueño los terrenos de la Hacienda de San Fernando, que posteriormente se convertiría en Ciudad Lerdo", agregó el cronista Jorge Vargas.
Por alguna razón no oficial y que únicamente es mera presunción entre historiadores, Juan Ramón Castro llegaría hasta el extremo de conceder el deseo de una señorita en nombre del amor y aprecio, que por alguna razón lo que más quería en era ver a Lerdo como una ciudad.