/ jueves 1 de diciembre de 2022

La historia de Julia Pastrana: la mexicana con ‘síndrome del hombre lobo’

Julia Pastrana era exhibida como el resultado de la relación entre un hombre y una mona

De origen indígena, nacida en la sierra de Sinaloa en 1834, Julia Pastrana fue una mexicana que utilizó su ‘hipertricosis’ o ‘síndrome del lobo’ para exhibirse y trabajar en diferentes espectáculos en Estados Unidos y Europa.

Dicha enfermedad (hipertricosis) provocaba la aparición excesiva de vello en el rostro, situación que Julia decidió aprovechar junto a su nariz y orejas de gran tamaño, obteniendo así la fama mundial por su extravagante físico.

Sin embargo, antes de que la suerte tocara su puerta, se dedicaba a ser empleada doméstica del ex gobernador de Sinaloa, Pedro Sánchez. Para 1854, la joven se trasladó de regreso a su hogar de nacimiento, donde conocería a M. Rates y con quien se mudaría a Estados Unidos.

Una vez en tierras extranjeras, Pastrana demostró que también tenía otros talentos como el baile y el canto, los cuales utilizó para comenzar con sus primeras presentaciones en el circo Gothic Hall de Nueva York, en el que era expuesta como el fruto de una relación entre un hombre y una mona.

Con el tiempo, Julia se transformó en una celebridad que solía vivir en Cleveland, Ohio y era representada por Theodor Lent, un hombre altamente ambicioso que años después se convertiría en su esposo y que explotaría su imagen aún después de su muerte.

El matrimonio de Julia Pastrana y Theodor Lent

Tras convertirse en marido y mujer, Lent inició a controlar la vida de Pastrana manteniéndola encerrada y sometiéndola a exámenes médicos incómodos. En medio de ello, en 1859 la mujer lobo quedó embarazada de Theodor, sin imaginar que meses después, ella y su primogénito morirían debido a algunas complicaciones mientras daba a luz en 1960.

Deseoso de dinero y poder, Lent decidió momificar los cuerpos de su esposa e hijo para continuar exhibiéndolos al público, esto hasta que sus problemas mentales lo consumieron y fuera encerrado en un hospital psiquiátrico.

Aunque los restos del hijo de Pastrana terminaron siendo comidos por ratones en 1970, los de ella permanecen enterrados en Sonora desde febrero de 2013, luego de que el gobierno de México los reclamará a Noruega en 2012.

De origen indígena, nacida en la sierra de Sinaloa en 1834, Julia Pastrana fue una mexicana que utilizó su ‘hipertricosis’ o ‘síndrome del lobo’ para exhibirse y trabajar en diferentes espectáculos en Estados Unidos y Europa.

Dicha enfermedad (hipertricosis) provocaba la aparición excesiva de vello en el rostro, situación que Julia decidió aprovechar junto a su nariz y orejas de gran tamaño, obteniendo así la fama mundial por su extravagante físico.

Sin embargo, antes de que la suerte tocara su puerta, se dedicaba a ser empleada doméstica del ex gobernador de Sinaloa, Pedro Sánchez. Para 1854, la joven se trasladó de regreso a su hogar de nacimiento, donde conocería a M. Rates y con quien se mudaría a Estados Unidos.

Una vez en tierras extranjeras, Pastrana demostró que también tenía otros talentos como el baile y el canto, los cuales utilizó para comenzar con sus primeras presentaciones en el circo Gothic Hall de Nueva York, en el que era expuesta como el fruto de una relación entre un hombre y una mona.

Con el tiempo, Julia se transformó en una celebridad que solía vivir en Cleveland, Ohio y era representada por Theodor Lent, un hombre altamente ambicioso que años después se convertiría en su esposo y que explotaría su imagen aún después de su muerte.

El matrimonio de Julia Pastrana y Theodor Lent

Tras convertirse en marido y mujer, Lent inició a controlar la vida de Pastrana manteniéndola encerrada y sometiéndola a exámenes médicos incómodos. En medio de ello, en 1859 la mujer lobo quedó embarazada de Theodor, sin imaginar que meses después, ella y su primogénito morirían debido a algunas complicaciones mientras daba a luz en 1960.

Deseoso de dinero y poder, Lent decidió momificar los cuerpos de su esposa e hijo para continuar exhibiéndolos al público, esto hasta que sus problemas mentales lo consumieron y fuera encerrado en un hospital psiquiátrico.

Aunque los restos del hijo de Pastrana terminaron siendo comidos por ratones en 1970, los de ella permanecen enterrados en Sonora desde febrero de 2013, luego de que el gobierno de México los reclamará a Noruega en 2012.

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