A principios del siglo XX, en la pintoresca ciudad de Torreón, Coahuila, se erigía un lugar de esparcimiento y relajación que dejó una huella imborrable en la memoria de los lugareños. Conocido como los "Baños de las Delicias", este sitio, ubicado en la esquina de Morelos y Juan Antonio de la Fuente, se convirtió en un oasis de confort y entretenimiento para agricultores y la sociedad lagunera.
Este rincón, originalmente destinado para los agricultores que llegaban a Torreón durante los fines de semana después de una semana de arduo trabajo en el campo, pronto se transformó en un punto de encuentro social. Ofrecía una amplia gama de servicios que iban más allá de los baños y la peluquería. Contaba con baños de vapor, regaderas de agua tibia y fría, una pequeña alberca interior, mesas para masajes y un bar de primera categoría.
La peluquería de los Baños de las Delicias era particularmente famosa, con cuatro hábiles peluqueros, entre los que destacaban Ramón Lima y su hijo. Ofrecían servicios de corte de pelo y afeitado, además de masajes con maquinillas eléctricas de moda y mascarillas de barro para mantener la juventud. Un pasillo interior conducía a los baños de vapor, donde los visitantes sudaban en el vapor antes de ducharse con agua fría, creyendo que esto les daba una nueva vitalidad.
El bar era atendido por un hombre diligente y servicial conocido como Don Cuco. La botana que ofrecían era suntuosa, con sardinas españolas, angulas, bacalao, jamón serrano, chorizo español y más. Los comensales disfrutaban de pan de primera calidad y galletas, junto con otros bocadillos. La variedad de opciones era impresionante, desde riñones de jerez hasta quesadillas.
En su apogeo, el paquete que incluía corte de pelo, afeitado, baño de vapor con masaje y botana podía adquirirse por la suma de 3.50 pesos, a veces 4.50 pesos. Los visitantes solían llegar alrededor del mediodía y salían a las 2:30 de la tarde, sintiéndose rejuvenecidos y satisfechos.
A pesar de su encanto y popularidad, los Baños de las Delicias desaparecieron de la escena a mediados del siglo XX, después de aproximadamente 50 años de servicio. Hoy en día, la esquina de Morelos y Juan Antonio de la Fuente ha evolucionado para dar cabida a diversos negocios modernos que forman parte del tejido urbano de la ciudad de Torreón.
La historia de los Baños de las Delicias es un testimonio del pasado de la región que ha sido preservado gracias a entusiastas de la historia local, como la usuaria Gladys Hernández, quien compartió este fragmento de la historia junto con una fotografía del lugar en 2021. A través de estos recuerdos, se mantiene viva la memoria de este querido rincón de la Laguna.