A través de las redes sociales, el Archivo Municipal de Torreón nos invita a un viaje al pasado, reviviendo la historia de un icónico edificio que ha resistido el paso del tiempo: el Banco Algodonero. Este tesoro arquitectónico, con más de un siglo de existencia, se erige en el corazón del centro histórico de la ciudad, recordándonos la riqueza de su legado.
Situado majestuosamente por la avenida Juárez, entre las calles Valdez Carrillo y Zaragoza, el Banco Algodonero fue erigido en 1907. En sus inicios, albergó a la prestigiosa Compañía Bancaria de París y México, para luego transformarse en la Casa Bancaria y Algodonera Trad en 1933. Este emblemático edificio ha sido testigo de múltiples transformaciones a lo largo de los años.
A medida que las décadas avanzaban, el Banco Algodonero vivió diversas etapas en su historia. En la década de los cuarenta, se fusionó con el Banco Lagunero, consolidando su importancia en el ámbito financiero regional. Posteriormente, pasó por momentos de desocupación hasta albergar la sede del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras).
El Banco Algodonero no solo fue un epicentro financiero, sino que también albergó la mercería de los hermanos Elías y José Marón Ganem, añadiendo capítulos diversos a su historia. A través de las décadas, ha sido testigo de los cambios en la vida cotidiana de Torreón y de la evolución de su entorno.
El Archivo Municipal se ha erigido como un guardián digital de la memoria histórica de Torreón. Mediante iniciativas en redes sociales, como esta dedicada al Banco Algodonero, nos invita a reflexionar sobre la importancia de preservar los elementos arquitectónicos y culturales que dan forma a la identidad de la ciudad.
Este recordatorio del Archivo Municipal no solo celebra el pasado, sino que también destaca la necesidad de apreciar y proteger el patrimonio arquitectónico de Torreón. El Banco Algodonero, con su fachada imponente, sigue contando la historia de la ciudad a quienes se detienen a observar y reflexionar sobre el legado que dejaron aquellos que lo construyeron y le dieron vida a lo largo de los años.