En el año 1910, justo después de que Torreón obtuviera el estatus de ciudad, el Banco Nacional de México, S.A. decidió establecer su sucursal en el cruce de la avenida Hidalgo y la calle Valdez Carrillo. En ese entonces, la gerencia estaba a cargo de un distinguido hombre llamado Don Helidoro Dueñes, quien ya había ocupado un cargo similar en el Banco de Londres y México, S.A. en las cercanías.
La sucursal, ubicada estratégicamente, se destacaba en el sector histórico de la ciudad por su impecable limpieza y el orden que reinaba en sus calles. Sin embargo, con el paso de los años, este edificio emblemático fue reemplazado por la modernidad, dando paso al edificio San Jorge. A lo largo del tiempo, el edificio ha experimentado varias remodelaciones y, en la actualidad, alberga una bodega de remates de calzado.
De manera lamentable, la panorámica actual de este cruce histórico refleja un abandono evidente. Lo que alguna vez fue un epicentro de la historia de la ciudad ha sido transformado en un corredor comercial, donde la esencia de los edificios históricos, con décadas de historias en sus paredes, se ve opacada por la moderna invasión publicitaria.
Este triste destino contrasta con la época dorada en la que la sucursal bancaria era un símbolo de la prosperidad y la elegancia que caracterizaba a Torreón en sus primeros años como ciudad. La falta de preservación y el descuido actual amenazan con borrar parte de la rica historia que este lugar alguna vez representó para sus habitantes. Así que cuéntanos, ¿qué otro edificio histórico recuerdas?
