La leyenda de "La Casa del Diablo" en Guerrero, Coahuila

La casa incluso cuenta con una pintura firmada por Lucifer. Te contamos la leyenda de la ‘Casa del Diablo en Guerrero, Coahuila.

Fernando Escobar | El Sol de La Laguna

  · miércoles 22 de marzo de 2023

La casa incluso cuenta con una pintura firmada por Lucifer. Te contamos la leyenda de la ‘Casa del Diablo en Guerrero, Coahuila. / Foto Iustrativa | Creador de imágenes de Bing

¿Sabías que en Coahuila existe una ‘casa del Diablo’? Son muchas leyendas a su alrededor, pero sus habitantes aseguran que no son pocos los hechos sobrenaturales sin aparente explicación en este lugar. La casa incluso cuenta con una pintura firmada por Lucifer. Te contamos la leyenda de la ‘Casa del Diablo en Guerrero, Coahuila.

Desde que se nombró como un Pueblo Mágico en Coahuila, allá por el 2015, Guerrero es uno de los destinos favoritos para los amantes de la casa. Pero esto no es lo único que puedes hacer en este lugar, pues existen otros atractivos para visitar, como la Misión de San Bernardo y otras muestras de la arquitectura de los siglos XVII y XIX, como los diversos camposantos.

Un lugar que los amantes de lo paranormal o desconocido disfrutan de visitar es la llamada ‘Casa del diablo’ de donde se cuentan muchas leyendas, cada una más increíble que la anterior. ¿Cuál es su historia?

La Casa del Diablo en Guerrero, Coahuila

Cuenta la leyenda que allá por el año 2008, un grupo de 9 albañiles procedentes del municipio de Lamadrid, Coahuila, y Monterrey, fueron testigos de una de las experiencias más terroríficas de su vida, llegando al punto en que uno de los presentes terminó totalmente perturbado y susurrando “el señor está muy enojado, no quiere que entren… el señor está muy enojado’. ¿Qué les pasó?

Según se cuenta, el grupo de hombre escuchó una serie de ruidos, así como fuertes vientos y hasta fuego que no afectó para nada a la vivienda. También en esta casona se hizo presente una fuerza mayor que mantuvo al albañil que susurraba dentro de una habitación sin poder sacarlo.

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Fue un 15 de octubre, cuando tras una fatigosa jornada de trabajo en la plaza principal del pueblo, los albañiles contratados por una constructora para la obra se disponían a preparar la cena en la casa donde se hospedarían, la cual fue propiedad del fallecido Virgilio Farías de los Santos, ubicada en las calles de General Raúl López Sánchez y Ramos Arizpe.

Mientras comenzaban la preparación de sus alimentos, escucharon el lamento de una mujer, así como un fuerte viento que hacía rechinar una nogalera en el patio, pero al salir al patio, ya armado, observaron que ninguna hoja se movía, y de hecho, no había viento.

Entonces comenzaron a preguntarse entre ellos que habría sido lo que ocurrió, de inmediato comenzaron a oír como si cayeran al suelo cazuelas y otros utensilios del hogar en la cocina, así como fuertes de cadenas arrastrando. Al volver a la casa vieron todo en orden, pero decidieron explorar las habitaciones para encontrar el origen de los ruidos.

No fue hasta la última habitación que escucharon otro ruido en su interior, sospecharon que la habitación se había venido abajo. Repentinamente, de las hendiduras de la puerta empezaron a salir flamazos y los ruidos se hicieron cada vez más intensos al interior de esta misteriosa habitación, por lo que ante el terror que sintieron, huyeron corriendo hacia el exterior de la casa.

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Uno de los hombres decidió regresar a ver qué pasaba. Varios compañeros fueron tras él, pero al abrir la habitación una fuerza extraña los condujo a su interior. Juan iba por delante, y no pudo salir por más que su compañero trató de sujetarlo, por lo que Juan quedó dentro del cuarto, cerrándose la puerta de manera violenta, y escuchándose gritos y ruidos como si lanzaran muebles y objetos.

Luego de tratar de abrir la habitación, el hombre raptado, identificado como Juan, salió en total shock, hincado y sostenido por el respaldo de la cama, con un gesto de terror y respirando entrecortadamente. Rápidamente, se le llevó al centro de Salud, para posteriormente llevarlo a Piedras Negras, donde fue llevado a la Parroquia de San Juan Bautista, para recostarlo y rezar por él.

Tras el hecho, algunos decidieron quedarse a seguir trabajando, mientras que otros regresaron a sus hogares. Hasta el momento nadie sabe qué sucedió en aquella casa, pero en una de las cornisas se puede leer “Gloria a Dios en las Alturas... año 1815”.

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De igual manera, en una de sus habitaciones se encuentra una fotografía familiar, muebles y un cuadro pintado, donde la firma dice LucyFer, fechado en 1987. Según se cuenta, frente a esa casa existió el cuartel militar en la época en que se trataba de terminar con los indios salvajes que llegaban al pueblo a cometer atrocidades.

El propio exalcalde de este municipio, Jesús Saucedo, declaró que se dice que a muchos de los indios rebeldes, las tropas los asesinaron precisamente en esa casa y por ello se cree que hay almas en pena ahí.