El Panteón Municipal de Torreón es conocido por albergar muchas historias de fantasmas y apariciones sobrenaturales. Una de las más famosas involucra al velador que trabajaba en el cementerio en la década de 1950. Te contamos la historia de la niña y su muñeca en el cementerio.
Cuenta la leyenda que una madre llegó al cementerio para enterrar a su hija pequeña. El velador, al ver el dolor de la madre, sintió una profunda tristeza. Cuando se despidieron de la niña, la madre le dijo al féretro "no tengas miedo, un día me reuniré contigo mi amor".
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Después de que la madre se fue, regresó al cuarto del velador y le encargó cuidar la tumba de su hija y su muñeca. El velador se levantó temprano al día siguiente para barrer la entrada del cementerio y encontró la muñeca en una banca. Esto siguió ocurriendo por varias noches, hasta que finalmente decidió vigilar la tumba para ver lo que pasaba. Fue entonces cuando descubrió que el fantasma de la niña se levantaba para tomar su muñeca y salir del cementerio.
Inicialmente, el velador se sorprendió al ver al fantasma de la niña, pero pronto se acostumbró a su presencia y la vio como un ángel. Un día, finalmente decidió hablar con la niña y le preguntó qué hacía allí. La niña le respondió que esperaba a su mamá, quien le había prometido que volvería algún día. A lo largo de los años, el velador se acostumbró a la presencia del fantasma de la niña y la vio a menudo.
Sin embargo, todo cambió una noche cuando la niña tocó a la puerta del velador. La niña le dijo que venía a darle las gracias por cuidar de ella todos esos años, y que ya no estaría sola porque su madre vendría al día siguiente. El velador no entendió lo que la niña quería decir con eso, pero al día siguiente se enteró de la triste verdad. La madre de la niña había fallecido y había sido enterrada junto a su hija en el cementerio.
Desde entonces, muchos visitantes del Panteón Municipal de Torreón han informado haber visto a la madre y a la hija caminando juntas de la mano, como si estuvieran finalmente reunidas. La historia del velador y la niña fantasma se ha convertido en una leyenda local, y sigue siendo contada y recordada por generaciones de residentes de la ciudad.