Mediante redes sociales se popularizó la historia de una virgen que supuestamente ‘llora’ en San Pedro, Coahuila. La figura reúne año con año a decenas de fieles, quienes se acercan para ver el milagroso hecho los ojos llorosos. Te presentamos la Virgen de la familia Adams Vega.
Ubicada en la avenida Raúl Gámez número 21, de la colonia Burócratas en San Pedro, Coahuila, se ubica el domicilio de la familia Adams Vega, quienes aseguran que la virgen llora por estas fechas. La imagen de la virgen, según señalan los devotos, ha realizado milagros y comienza a llorar antes del Día de la Virgen el 12 de diciembre.
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Según explica la familia, la Virgen por lo regular comienza a derramar sus lágrimas entre los primeros días de diciembre. Pero este año comenzó mucho antes, pues desde el pasado 3 de diciembre se le comenzaron a ver llorosos los ojos.
El primer avistamiento de este ‘milagro’ data desde hace 18 años, cuando se percataron que de los ojos de la imagen salían lágrimas. A partir de ahí comenzaron a difundirlo con vecinos de la colonia, ya que aseguraban que la virgen ha hecho milagros de toda índole.
De igual manera, la noche del 11 de diciembre, los fieles le hacen su velación, donde acuden para pedir por su familia, trabajo y salud.
La familia ha mencionado que existen personas que no creen que la virgen derrame lágrimas, y que pudiera ser la misma familia quienes ponen agua o cualquier otro líquido. Pero ellos aseguran que su fe es mucha y saben que la Virgen llora por todo lo malo de la humanidad, siendo sus lágrimas la manera de limpiar la maldad existente.
¿Por qué se celebra a la Virgen el 12 de diciembre?
Según los relatos tradicionales, fue el 12 de diciembre de 1531, cuando la Virgen María se apareció frente a juan Diego. La historia cuenta, que el indígena estaba en busca de alguien que pudiera ayudar a su tío enfermo, cuando se encontró en el camino a la Virgen, quien según la tradición, le informó que su tío ya estaba curado.
Según los creyentes católicos, ese día la Virgen María le pidió a Juan Diego que subiera a lo más alto del cerro del Tepeyac en busca de unas rosas, las cuáles tenía que reunir para llevarlas ante el obispo como una prueba de sus milagrosas apariciones, en las que solicitaba que se construyera un templo en su honor, como afirma el semanario religioso Desde la Fe.