Toñeta, la bruja que atormenta la vieja estación del tren en Ramos Arizpe

La legendaria Toñeta, una mujer que hizo tratos con seres de otro mundo movida por su avaricia

Fernando Escobar | El Sol de La Laguna

  · martes 27 de junio de 2023

La legendaria Toñeta, una mujer que hizo tratos con seres de otro mundo movida por su avaricia. / Foto: Creada por Bing

Misterio y leyenda rodean el ejido de Hipólito en Ramos Arizpe, Coahuila, donde la antigua estación de tren se ha convertido en un lugar temido por los lugareños. En este paraje, se dice que se esconden tesoros enterrados y entidades sobrenaturales, entre ellas la legendaria Toñeta, una mujer que hizo tratos con seres de otro mundo movida por su avaricia.

Hace varias décadas, Toñeta Urbina vendía alimentos en la estación de tren cuando aún estaba en funcionamiento. Con el paso del tiempo, su codicia creció y se aventuró a buscar los tesoros que la gente relacionaba con el lugar, supuestos cofres llenos de monedas de la época de la Revolución.

A partir de entonces, Toñeta desapareció durante el día y solo salía al anochecer, siempre acompañada de un quinqué, dirigiéndose hacia la antigua estación. Se decía que practicaba brujería y que invocaba a seres demoníacos para obtener los tesoros anhelados. Las noches se llenaban con carcajadas y luces que parecían fuego de brujas, mientras Toñeta realizaba rituales rodeada de otras brujas.

Toñeta tenía un hijo de 14 años que la acompañaba en sus oscuros rituales. Su tranquilidad se vio interrumpida cuando su madre ofreció su alma a cambio de riquezas. El adolescente caía en un trance profundo cada vez que era colocado en un pentagrama en la estación de tren.

Sin embargo, la tragedia acechaba a la familia. El hijo de Toñeta fue arrastrado hasta las vías del tren por fuerzas sobrenaturales y encontró una muerte misteriosa. Su rostro mostraba horror y tenía una figura demoníaca pintada en su pecho. El alma del joven había sido llevada por el demonio, un macabro castigo por los actos de su madre.

La tristeza y el arrepentimiento invadieron a Toñeta, quien nunca recuperó los tesoros que tanto anhelaba. Años después, su cuerpo fue encontrado en un cerro cercano, arrastrado desde su casa en medio del semidesierto de Ramos Arizpe. Sus restos mostraban signos de tortura y envejecimiento, como los de una bruja.

Aunque Toñeta y su hijo ya no forman parte de este mundo, se dice que sus espíritus siguen vagando por el ejido de Hipólito. Testigos afirman haber visto a Toñeta buscando a su hijo, arrastrando pesadas cadenas y con un aspecto grisáceo que brilla a la luz de la luna llena. La antigua estación de tren, ahora en ruinas, es su lugar de recorrido.

Pero la presencia de Toñeta no es la única manifestación sobrenatural en el ejido. Se escuchan monedas rodando entre las habitaciones a las 3:00 de la tarde y las 3:00 de la madrugada, un fenómeno que ha intrigado a los vecinos. Sin embargo, pocos se atreven a buscar los tesoros, ya que se cree que están custodiados por la bruja Toñeta. Quienes han intentado desenterrarlos han sufrido extrañas enfermedades y delirios.

El misterio y la superstición siguen envolviendo la vieja estación de tren de Hipólito en Ramos Arizpe. La leyenda de Toñeta y los tesoros enterrados continúa siendo parte del folclore local, dejando una huella imborrable en la imaginación de quienes habitan la región.