Había una ciudad, por allá de la década de los noventa, donde en las colonias era común salir de casa, caminar unas calles y encontrar una base de taxis donde te trasladaba tu chofer de confianza a donde le pidieras. Le llamaban taxis de sitio, tenían bancas y una cabina telefónica que le llamaban “el teléfono del amor”.
A las bases en aquel entonces le llamaban sitios; se podían encontrar al interior de las colonias, en puntos específicos donde se concentraban unos cuantos vehículos y contaban con teléfonos para que los pudieran localizar y solicitar el viaje.
Te recomendamos: Autobuses urbanos y taxis, bajo constante revisión en Torreón
El teléfono del amor, le decían en broma los taxistas de antaño a estos teléfonos que sonaban durante todo el día para solicitar viajes, recuerda Daniel de León, vecino de la colonia Moderna que fue taxista del sitio de la plaza Ignacio Zaragoza.
A través de esas llamadas llegaban clientes, o recibían llamadas de familiares o pareja sentimentales.
Rodrigo Muñoz Montejano, director de Autotransporte en Torreón, explicó que eran lugares en los cuales se daba servicio en puntos estratégicos, tanto del primer cuadro de la ciudad, como en diferentes colonias y en centros comerciales.
Hubo un registro aproximado de 97 sitios tradicionales y en la actualidad se tiene un registro de 67; sin embargo, alrededor del 50 por ciento son los que realmente están operando como tales.
“En el 2001, los sitios tradicionales quedaron debidamente regulados en el Reglamento de Transporte Público del municipio, pero ese mismo año se acreditaron las líneas que tenían un mínimo de 100 unidades”. Eso también fue pegándoles a los sitios porque hubo mayor apertura y modalidades para trabajar en las calles.
Sitios y taxis se heredaban por generaciones
Daniel de León fue uno de los herederos, su padre tenía taxis en la colonia Moderna e inició tomando uno de sus primeros autos para trabajar. “La verdad que mi papá no era muy responsable, entonces veía yo el carro ahí parado en la noche y me lo robaba para trabajar y así fue como también empecé”.
En aquellos años, sobre todo en la década de los 70 y 80 eran muy diferentes las necesidades de la población; no era tan fácil que toda la gente tuviera un vehículo propio y para hacer trámites, compras o cualquier otra actividades, solían llamar a los sitios y pedir servicios.
“Se empezó a ver la necesidad que tenía la gente de alguien que los moviera; se empezó el sitio ahí en la esquina y no tenían ni teléfono pero se empezaron a poner, se formaban varios y luego ya pusieron su teléfono”, comentó Daniel.
Ahí continúan las pequeñas casetas donde estaban los antiguos teléfonos, en esa plaza de la colonia Moderna, sobre la calle 5 de mayo esquina con Valdez Carrillo. Ahí permanecieron poco más de dos décadas y con la llegada de nuevas concesiones, la aparición de las rutas y otros factores, fue disminuyendo el trabajo en estos lugares.
Considera que a partir de 1990 empezaron a dar muchas concesiones y la ciudad se empezó a extender demasiado para el oriente, se saturó poco a poco de taxis libres y aunque todavía había algunos sitios, muchos ya comenzaban a desaparecer.
“Era otra época, era muy bonito y no cualquiera tenía un carro, la verdad a nuestros padres o tíos les iba muy bien, por eso continuamos el oficio; además no había tanto robo ni dificultades de inseguridad; un amigo, Enrique que en paz descanse, llegó a tener hasta 60 concesiones en una base por aquí en la misma colonia y también fue ruletero de antaño, su hija sigue trabajando su base”.
Por su parte, el director de Autotransporte municipal, también explicó que en ocasiones quienes estaban establecidos en esos sitios, eran los titulares, que en su momento adquirieron la concesión y eran personas de edad ya avanzada que ya tenían sus clientes dentro del lugar donde estaban establecidos y sus alrededores, por ello siguieron adelante con esa manera de trabajar.
“En ocasiones que vienen a solicitar un cambio yo les he preguntado cuál es el motivo por el cual va a salir del sitio, entonces ellos que ya son personas jóvenes son muchas veces los descendientes del titular y prefieren andar en una línea de para andar libres y trabajar en todo el municipio, por eso han estado cancelando sitios”.
El negocio dejó de ser rentable
“Era muy rentable ser taxista pero también ruletero; luego yo trabajé en la ruta y me ponía yo en el hotel San Jorge donde ahora hay un banco y ahí me quedaba en la noche a dormir, llegaban y nos tocaban el vidrio y ya los llevábamos”.
Eran carros enormes, de seis u ocho cilindros, recuerda que en los tiempos de su padre usaban modelos 66, 68 y recuerda Daniel que eran coches muy bonitos, pero también costosos y que no cualquiera podría tener uno.
Comentó que incluso había personas que solicitaban viajes a Saltillo, a Parras a San Pedro, lugares lejanos y era más fácil también trasladar a los usuarios a otras ciudades como Gómez Palacio y Lerdo; eso se acabó pronto, con la entrada de otros servicios como autobuses de turismo y conforme la población fue adquiriendo automóviles.
"Comenzó a saturarse de taxis de repente de 100 que había en 5 o 6 años ya eran mil, hasta asustaba porque eran demasiados; había sitio aquí, uno en la Plaza de Armas había otro allá por el Gota de Uva, en la Alianza, por todos lados se empezaron a poner. Igual y tenían a lo mucho 10 carros pero le daban abasto a todo porque no había tantos recorridos", dijo Daniel.
Aunque los sitios del primer cuadro de la ciudad siguen funcionando, para otros de diferentes sectores ya no daba para solventar las rentas y obtener ganancias; se mantienen en la actualidad aquellos que se encuentran en puntos estratégicos y de gran afluencia de gente como centro comerciales, algunos hoteles, otros que están cerca de ciertos moteles, en algunos bares, los de la Alianza, el de la salida de los autobuses que van a Villa Juárez, entre otros que aún siguen funcionando, indicó Rodrigo Muñoz Montejano.
Agregó que la introducción de taxis en la ciudad se ha hecho con base en las necesidades de ésta y su población; el crecimiento excesivo para diferentes sectores ha permitido incrementar las concesiones y fue determinado mediante un estudio que avala esa falta de unidades para dar abasto a la demanda de los usuarios.
Adaptarse y generar confianza en los usuarios
Pero todo evoluciona y va cambiando con el tiempo, pero para Isidro Coronado, encargado y chofer del sitio 2 del Mercado Alianza, toda competencia que sea sana viene a mejorar el servicio para todos. “Anteriormente eran pocos los sitios y poco el servicio también y pues ahorita la verdad aquí en Torreón está saturado, muy saturado y muy peleado el servicio, esto nos perjudica obviamente”.
Comentó que cada vez hay más unidades de taxi, ahora se incluyen el Uber, Didi y otras aplicaciones que también están en el mercado. “Esto si nos hace batallar un poco más para sacar el sustento”.
En la Alianza son cuatro sitios, uno en cada acceso del mercado; para ellos hay días buenos y otros malos, pero aseguran que les va mejor teniendo un sitio estable. “La mayoría aquí también pagamos una renta y ahorita con el incremento de la gasolina, que está subiendo cada mes y sin aumentos en la tarifa, estamos batallando un poco más”.
Isidro tiene 21 años trabajando en este sitio, la gente ya los conoce y esto les da un plus porque hay confianza; los trasladan a cualquier punto de la ciudad que los usuarios soliciten, cruzan también a Gómez Palacio y Lerdo.
“Ya saben que aquí estamos y tenemos años, siempre estamos aquí, la gente que llega es porque ya son clientes de mucho tiempo, es gente que constantemente viene aquí a la Alianza y vienen y nos buscan por lo mismo, por la confianza que nos hemos ganado”.
