Casi una década ha transcurrido desde que un devastador tornado azotara Ciudad Acuña, dejando una profunda cicatriz en la memoria de sus habitantes. La madrugada del 25 de mayo de 2015, un fenómeno meteorológico de proporciones históricas arrasó con amplias zonas de la ciudad, cobrando la vida de al menos 13 personas y causando daños materiales incalculables. ¿Cómo pasó?
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El Tornado de Acuña, Coahuila, en 2015
El recuerdo de aquella madrugada aún es vívido para quienes lo vivieron. Un estruendo ensordecedor seguido de vientos huracanados sacudió la ciudad, arrancando techos, derribando árboles y lanzando objetos pesados como si fueran juguetes. Los fraccionamientos Ampliación Santa Rosa, Santa Rosa, Las Aves, Santa Teresa y otros más quedaron reducidos a escombros.
La fuerza del tornado, estimado en categoría F4, superó todo lo que la ciudad había experimentado antes. Vehículos fueron arrastrados por los vientos, casas quedaron destruidas y la infraestructura básica se vio severamente afectada. La imagen de un camión de carga levantado por el viento y arrojado a varios metros de distancia se convirtió en un símbolo de la violencia del fenómeno.
Tornado Acuña 2015: ciudadanos se unen para ayudar
Ante tal tragedia, la comunidad de Ciudad Acuña demostró una solidaridad inquebrantable. Vecinos, autoridades y organizaciones civiles se unieron para brindar ayuda a los afectados, rescatar a quienes quedaron atrapados bajo los escombros y brindar asistencia médica a los heridos. La respuesta de la sociedad fue un ejemplo de humanidad y resiliencia.
La reconstrucción de la ciudad fue un proceso largo y arduo. Sin embargo, gracias al esfuerzo conjunto de todos los involucrados, Ciudad Acuña logró levantarse de las ruinas y recuperar poco a poco su normalidad.
El tornado de 2015 dejó una profunda huella en la ciudad y en sus habitantes. Sin embargo, también sirvió como un llamado de atención sobre la importancia de la prevención y la preparación ante eventos naturales extremos.