La llegada de diciembre marca el inicio de una tradición que llena de magia los hogares: armar el árbol de Navidad. Este acto, cargado de significado, no solo implica decorar con bolas, guirnaldas y luces, sino también colocar la pieza clave que corona el abeto: la estrella.
La estrella en la cima del árbol no es solo un adorno más; tiene un profundo simbolismo inspirado en la Estrella de Belén, que guió a los Reyes Magos hacia el nacimiento del Niño Jesús. Según la tradición, esta señal divina permitió a los Reyes ofrecer sus dones al recién nacido: oro, incienso y mirra. La luz de la estrella también representa la fe y la esperanza que guía a los creyentes.
En tiempos pasados, en lugar de una estrella, se solía colocar una vela encendida en la cima del árbol. Sin embargo, debido al riesgo de incendios, esta práctica fue reemplazada por la estrella que conocemos hoy.
El árbol de Navidad, con su forma triangular, también tiene un significado religioso al representar a la Santísima Trinidad. Los colores de las bolas agregadas al árbol también tienen simbolismos: el dorado representa la alabanza, la plata el agradecimiento, el azul la reconciliación, y el verde la abundancia y la naturaleza.
Las luces que iluminan el árbol simbolizan la luz de Cristo, según explican los especialistas. Este acto de decorar el árbol se convierte en una expresión visual de los dones divinos y la espiritualidad que rodea la temporada navideña.
Ahora bien, aunque muchos hogares colocan la estrella al armar el árbol a principios de diciembre, la tradición indica que su posición final debe esperar hasta la noche del 24 de diciembre, en Nochebuena. Además, un detalle encantador es que la colocación de la estrella debería ser realizada por el miembro más joven de la familia, siempre con la supervisión de un adulto, agregando un toque de inocencia y alegría a la celebración.
Tras la celebración del bautismo y la llegada de los Reyes Magos, el 7 de enero marca el momento de despedirse del árbol de Navidad, completando así el ciclo festivo con la culminación de esta hermosa tradición.