/ viernes 20 de septiembre de 2024

Puesto de gorditas que explotó, una tradición familiar en la Antigua Aceitera

El puesto que se incendió tiene una historia de trabajo familiar

El puesto de gorditas que el pasado jueves sufrió una explosión en el Centro de Torreón, es un negocio familiar con más de 20 años de tradición; la familia Bustos fue heredando el gusto por la elaboración y venta de este típico platillo lagunero, por lo que muchos de sus integrantes se dedican a esto y tienen negocios propios.

Alfredo Bustos Ávalos, viven en la Antigua Aceitera, una de las colonias emblemáticas del viejo Torreón; en su casa, ubicada en calle Cuarta número 201, también vende gorditas junto con su esposa y este puesto, de la Valdez Carrillo esquina con bulevar Revolución, es ahora propiedad de su nuera, Diana Hernández.

Este viernes el puesto estaba cerrado, pero don Alfredo, asegura que no fue a raíz del incidente del día anterior, sino por el hecho de que su nuera, tenía pendiente una intervención quirúrgica que ya había programado y se encuentra hospitalizada.


“Pero todo está bien, vamos a seguir trabajando; mire cómo está el puesto, no fue gran cosa lo que ocasionó de daños y las muchachas que trabajan aquí van a seguir abriendo pero ahorita se complicó la situación por la operación de mi nuera, por eso vine yo a darle la vuelta”.


Arturo Bustos es el suegro de la dueña del local y este viernes acudió a verificar que todo esté en orden para retomar las actividades. / Foto: Claudia Landeros | El Sol de La Laguna


Dijo que el incidente no pasó a mayores y que por el contrario, servirá tanto como para extremar precauciones siempre, como para valorar lo que se tiene y cuidarlo más; no hubo personas afectadas, ni daños considerables a su patrimonio con el accidente que hubo, por el contrario, lo tomarán como un impulso para trabajar más y seguir adelante.

De una generación a otra

Este puesto lo inició su cuñada, trabajó por unos 18 a 20 años; luego se lo vendió a su hijo y fue la esposa de éste quien empezó a vender gorditas; serán unos cuatro o cinco años apenas, que ellos decidieron adquirirlo y continuar con esta tradición de muchos años, incluso, la tía ya falleció.

Su hijo y su esposa han salido adelante gracias a este pequeño negocio familiar, en el que además trabajan las dos hermanas de Diana, Linda y Rocío, según indicó don Alfredo.

En este lugar compra gorditas mucha gente de distintos negocios del Centro, del Museo del Ferrocarril, de la Alianza, terminales y transeúntes. / Foto: Ana Luisa Guzmán | El Sol de La Laguna


“Mi cuñada siempre fue vendedora, incluso antes todavía se ponía a vender algunas cosas afuera de Del Sol, pero con el puesto ya no podía ella y por eso lo vendió”.

A este lugar viene mucha gente a comprar sus gorditas y a pesar de tener prácticamente una nueva administración, conserva la tradición del sazón y calidad en sus alimentos; ya tiene su clientela y acude gente del Museo del Ferrocarril que está a un costado, pero también de la Alianza, de las terminales de autobuses que están enfrente y en sí de todo el Centro, además de que tiene una buena ubicación y pasa mucha gente.

Este viernes el negocio de gorditas permaneció cerrado porque la nueva dueña tenía una cirugía pendiente, pero ya se limpió y acondicionó otra vez. / Foto: Ana Luisa Guzmán | El Sol de La Laguna


“Mi nuera mandó a poner todo esto, estaba al aire libre y lo ha arreglado; se ha movilizado, ella es muy trabajadora y mi hijo trabaja, mientras ella continúa con el negocio”.


Tradición gordera

Alfredo dijo que toda su familia ha sido de gorderos; su esposa y él tienen ya 25 años vendiendo este delicioso manjar lagunero en su domicilio; ya solo trabajan de lunes a jueves y una de sus hijas los apoya con algo de recursos ahora que ya son adultos mayores.

“Yo empiezo desde las siete y ya para las ocho ya hice 100 gorditas para que estén listas para cuando la gente empiece a pedir; mi esposa es la que hace todos los guisos”, comentó don Alfredo.


Este hombre a sus 72 años, sigue siendo productivo, trabaja en su casa vendiendo con su esposa o en ocasiones en el puesto con su nuera, se encarga de limpiar, abrir, cobrar o de lo que puede, mientras recibe un pago.

Además, han vivido de las gorditas toda una vida y también tiene una hermana que vive en Estados Unidos y allá también vende este platillo. “Tengo otra hija acá en la Compresora y también vende gorditas”

Para esta familia siempre ha sido una tradición vivir de la venta de gorditas y es algo que seguirán haciendo mientras continúen en el gusto de los comensales laguneros.


El puesto de gorditas que el pasado jueves sufrió una explosión en el Centro de Torreón, es un negocio familiar con más de 20 años de tradición; la familia Bustos fue heredando el gusto por la elaboración y venta de este típico platillo lagunero, por lo que muchos de sus integrantes se dedican a esto y tienen negocios propios.

Alfredo Bustos Ávalos, viven en la Antigua Aceitera, una de las colonias emblemáticas del viejo Torreón; en su casa, ubicada en calle Cuarta número 201, también vende gorditas junto con su esposa y este puesto, de la Valdez Carrillo esquina con bulevar Revolución, es ahora propiedad de su nuera, Diana Hernández.

Este viernes el puesto estaba cerrado, pero don Alfredo, asegura que no fue a raíz del incidente del día anterior, sino por el hecho de que su nuera, tenía pendiente una intervención quirúrgica que ya había programado y se encuentra hospitalizada.


“Pero todo está bien, vamos a seguir trabajando; mire cómo está el puesto, no fue gran cosa lo que ocasionó de daños y las muchachas que trabajan aquí van a seguir abriendo pero ahorita se complicó la situación por la operación de mi nuera, por eso vine yo a darle la vuelta”.


Arturo Bustos es el suegro de la dueña del local y este viernes acudió a verificar que todo esté en orden para retomar las actividades. / Foto: Claudia Landeros | El Sol de La Laguna


Dijo que el incidente no pasó a mayores y que por el contrario, servirá tanto como para extremar precauciones siempre, como para valorar lo que se tiene y cuidarlo más; no hubo personas afectadas, ni daños considerables a su patrimonio con el accidente que hubo, por el contrario, lo tomarán como un impulso para trabajar más y seguir adelante.

De una generación a otra

Este puesto lo inició su cuñada, trabajó por unos 18 a 20 años; luego se lo vendió a su hijo y fue la esposa de éste quien empezó a vender gorditas; serán unos cuatro o cinco años apenas, que ellos decidieron adquirirlo y continuar con esta tradición de muchos años, incluso, la tía ya falleció.

Su hijo y su esposa han salido adelante gracias a este pequeño negocio familiar, en el que además trabajan las dos hermanas de Diana, Linda y Rocío, según indicó don Alfredo.

En este lugar compra gorditas mucha gente de distintos negocios del Centro, del Museo del Ferrocarril, de la Alianza, terminales y transeúntes. / Foto: Ana Luisa Guzmán | El Sol de La Laguna


“Mi cuñada siempre fue vendedora, incluso antes todavía se ponía a vender algunas cosas afuera de Del Sol, pero con el puesto ya no podía ella y por eso lo vendió”.

A este lugar viene mucha gente a comprar sus gorditas y a pesar de tener prácticamente una nueva administración, conserva la tradición del sazón y calidad en sus alimentos; ya tiene su clientela y acude gente del Museo del Ferrocarril que está a un costado, pero también de la Alianza, de las terminales de autobuses que están enfrente y en sí de todo el Centro, además de que tiene una buena ubicación y pasa mucha gente.

Este viernes el negocio de gorditas permaneció cerrado porque la nueva dueña tenía una cirugía pendiente, pero ya se limpió y acondicionó otra vez. / Foto: Ana Luisa Guzmán | El Sol de La Laguna


“Mi nuera mandó a poner todo esto, estaba al aire libre y lo ha arreglado; se ha movilizado, ella es muy trabajadora y mi hijo trabaja, mientras ella continúa con el negocio”.


Tradición gordera

Alfredo dijo que toda su familia ha sido de gorderos; su esposa y él tienen ya 25 años vendiendo este delicioso manjar lagunero en su domicilio; ya solo trabajan de lunes a jueves y una de sus hijas los apoya con algo de recursos ahora que ya son adultos mayores.

“Yo empiezo desde las siete y ya para las ocho ya hice 100 gorditas para que estén listas para cuando la gente empiece a pedir; mi esposa es la que hace todos los guisos”, comentó don Alfredo.


Este hombre a sus 72 años, sigue siendo productivo, trabaja en su casa vendiendo con su esposa o en ocasiones en el puesto con su nuera, se encarga de limpiar, abrir, cobrar o de lo que puede, mientras recibe un pago.

Además, han vivido de las gorditas toda una vida y también tiene una hermana que vive en Estados Unidos y allá también vende este platillo. “Tengo otra hija acá en la Compresora y también vende gorditas”

Para esta familia siempre ha sido una tradición vivir de la venta de gorditas y es algo que seguirán haciendo mientras continúen en el gusto de los comensales laguneros.


Torreón

Atienden al primer paciente adicto a fentanilo en Torreón; podría haber más

Se trata de una mujer con conductas impulsivas y alteración del orden

Salud

Esperan que el dengue despegue en octubre

Por la humedad y el calor que se han presentado.

Torreón

Niegan a PASA la posibilidad de extender 15 años más su contrato de concesión

En busca de un mejor servicio de limpieza, el próximo año se licitará un nuevo contrato: Alcalde

Virales

Jonathan Orozco saca los pasos prohibidos con La Monja en la Feria de Torreón

El exportero de Santos Laguna deslumbró en la pista junto al famoso personaje