La nostalgia y los recuerdos se entrelazan cuando se menciona el nombre de Leche Lerdo en La Laguna. Esta marca, alguna vez amada y ahora olvidada, es un símbolo perdido en la memoria colectiva de los laguneros. Sin embargo, su historia y su triste final merecen ser recordados.
Recientemente, una fotografía compartida en redes sociales desencadenó una ola de nostalgia entre los habitantes de la región. En ella, un antiguo camión de Leche Lerdo evocaba tiempos pasados, cuando la empresa era una de las favoritas en el mercado local. Los comentarios entusiastas de los laguneros resaltaban el sabor único de la leche en botellas de vidrio, un distintivo de la época dorada de la marca.
Pero, ¿qué llevó al declive y cierre de Leche Lerdo? La respuesta se encuentra en su historia y en los problemas financieros que enfrentó en sus últimos años. En 2007, la empresa dueña de la lechera, Puentes Monterrey, acumulaba un significativo adeudo con los productores locales de leche. Este problema financiero, que databa desde mayo de ese año, provocó tensiones y protestas por parte de los productores, quienes exigían el pago pendiente.
Manuel Abel Herrera Vázquez, uno de los productores afectados, explicó que Puentes Monterrey adeudaba a aproximadamente 30 productores más de 55 mil litros de leche diarios. Esta situación, combinada con una caída del 30 por ciento en las ventas, dejó a la empresa sin recursos suficientes para mantenerse a flote.
Con el paso de los días, la situación se volvió insostenible. José de Jesús Muñoz Ramos, secretario de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural del Estado de Durango, señaló que el cierre inminente de la planta pasteurizadora de Leche Lerdo implicaría la pérdida de al menos 80 empleos. El adeudo millonario con los productores locales y la falta de soluciones viables condujeron al triste final de una marca emblemática.
En diciembre de 2007, después de más de 50 años en el mercado, Leche Lerdo desapareció. Aunque operó de manera parcial durante un breve período, finalmente cerró sus puertas. La firma del contrato de venta de la marca a Leche Lala marcó el fin de una era.
Con el cierre, se liquidó a 80 trabajadores, mientras que el resto continuó laborando en áreas administrativas y de recolección de leche cruda. Leche Lerdo, que una vez fue sinónimo de calidad y tradición en La Laguna, se desvaneció en el recuerdo, dejando atrás un legado que aún perdura en la memoria de quienes alguna vez la disfrutaron.
