En los últimos años del siglo XX y principios del 2000, un lugar emblemático en Gómez Palacio, conocido como 'La Pulga', se convirtió en el punto de encuentro favorito de jóvenes y amantes del entretenimiento. Aunque hoy en día sea solo un recuerdo, su presencia sigue viva en la memoria colectiva de los habitantes de la Laguna, recordándonos una época dorada.
Antes de la proliferación de las plazas tecnológicas y centros comerciales, 'La Pulga' era el lugar por excelencia para la compra de videojuegos, revistas y figuras coleccionables. Destacaba por su diversidad de locales donde los aficionados podían encontrar películas y videojuegos para consolas populares de la época, como la Nintendo 64 y la PlayStation.
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Ubicado en la esquina del bulevar Miguel Alemán y el bulevar González de la Vega en la ciudad de Gómez Palacio, este tianguis no solo era un paraíso para los amantes del entretenimiento, sino también para quienes buscaban productos para el hogar, ropa, blancos y una variedad de productos.
Durante principios del año 2000, 'La Pulga' se convirtió en uno de los lugares más concurridos de la ciudad, marcando una era de prosperidad para los negocios locales. Sin embargo, con el paso de los años, estos comercios comenzaron a disminuir y finalmente desaparecieron. Hoy en día, 'La Pulga' ya no existe, dejando solo recuerdos en los laguneros que alguna vez disfrutaron de este emblemático lugar o incluso emprendieron sus propios negocios en él.
Mercado de Pulgas, origen e historia
El fenómeno de los mercados de pulgas tiene raíces históricas que se remontan al siglo XIX en Francia. Los traperos, conocidos como "puciers", comenzaron a recoger objetos viejos arrojados a la basura y los revendían en los mercados. El nacimiento oficial de los Mercados de Pulgas fue en 1885 en la ciudad de Saint-Ouen. Desde entonces, estos mercados se han convertido en lugares populares para encontrar antigüedades y objetos únicos.
En el caso de 'La Pulga' en Gómez Palacio, aunque ya no exista físicamente, su recuerdo perdura en la memoria de aquellos que vivieron la emoción de buscar tesoros entre sus puestos y disfrutaron de una época de auge económico y diversión en la ciudad.