La sombra de la violencia se cierne sobre la historia de la Región Lagunera, particularmente durante los años marcados por la 'Guerra contra el Narco'. Masacres como las del Bar Ferrie, Bar Juana y el Antro Tornado se han convertido en capítulos dolorosos que aún resuenan en la memoria colectiva de Torreón.
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Bar Ferrie: Una noche que jamás se olvidará
Era la noche del 31 de enero de 2010 cuando la tranquilidad del Bar Ferrie se vio abruptamente interrumpida. Un grupo de hombres armados irrumpió en el lugar, sembrando el terror entre los presentes. Disparos ensordecedores resonaron en el aire, dejando un saldo de alrededor de 10 víctimas fatales, aunque testimonios como el de Beatriz, una sobreviviente, sugieren que la cifra real podría ser mayor.
Bar Las Juanas: Una inauguración teñida de sangre
Apenas unos meses después, el Bar Las Juanas vivió una tragedia similar. Lo que prometía ser una noche de fiesta y diversión en su inauguración se convirtió en una pesadilla. Un grupo armado irrumpió en el lugar, disparando indiscriminadamente contra los asistentes. Al menos ocho personas perdieron la vida y decenas más resultaron heridas. El sueño de un nuevo espacio de entretenimiento se vio truncado abruptamente por la violencia.
Antro Tornado: El fin de una era
El Antro Tornado, un popular centro de baile que durante 16 años había sido parte del paisaje nocturno de Torreón, también sucumbió a la ola de violencia. En una noche fatídica, hombres armados ingresaron al lugar y abrieron fuego contra el público asistente. Siete personas perdieron la vida en este trágico evento, marcando el cierre definitivo del Antro Tornado.
Las masacres del Bar Ferrie, Bar Juana y el Antro Tornado son solo algunos ejemplos de la violencia que azotó a la Región Lagunera durante aquellos años turbulentos. Estas tragedias dejaron cicatrices profundas en la comunidad, sembrando el miedo y la incertidumbre entre la población.
Recordar estos eventos no solo es un ejercicio de memoria, sino también un llamado a la reflexión y a la acción. Es necesario trabajar incansablemente para prevenir que este tipo de tragedias vuelvan a ocurrir. La violencia no puede ser normalizada ni olvidada.