María del Rosario Ibarra de la Garza, mejor conocida como Rosario Ibarra de Piedra, ha sido pionera en la defensa por los derechos humanos, la paz y democracia en México; activista incansable que además, fundó una de las primeras organizaciones de madres, padres, familiares de desaparecidos.
Nació en Saltillo, Coahuila en 1927, fue diputada, senadora y asesora política, así como la primera mujer candidata a la Presidencia de la República en 1982 y 1988 por el ahora extinto Partido Revolucionario de los Trabajadores.
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El hecho que marcó su vida fue la desaparición forzada de su hijo Jesús Piedra Ibarra, acusado de ser presunto integrante del grupo guerrillero “Liga 23 de Septiembre”; a raíz de esto, Rosario comienza su incansable lucha como activista, inició la búsqueda de su hijo, por la verdad y la justicia, pero convierte una lucha individual en una lucha colectiva, por las numerosas madres que buscan a sus hijos o hermanos desaparecidos, bajo un gobierno autoritario y represivo.
El inicio de sus luchas
A raíz de este hecho, en 1977 fundó el Comité Pro Defensa de Presos, Perseguidos, Desaparecidos y Exiliados Políticos, que sería conocido como el Comité ¡Eureka!, para exigir justicia y demandar el alto a la impunidad, organización de madres de desaparecidos durante los sexenios de Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría.
Desde su creación, dicho comité logró encontrar a más de 148 personas desaparecidas con vida. Realizaron diversas huelgas de hambre en las que pedía amnistía para los presos políticos y la presentación con vida de los desaparecidos. Fue gracias a esta lucha colectiva, que el presidente José López Portillo en 1978 decidió promulgar la Ley de Amnistía.
La lucha de Ibarra Piedra, también fue fundamental para que miembros de la guerrilla fueran juzgados conforme a derecho.
Rosario y las madres de Eureka se enfrentaron a un régimen autoritario donde no había respeto a los derechos humanos, donde sus luchas estaban enmarcadas en el ámbito de terror de las desapariciones forzadas y la tortura de la llamada Guerra sucia.
Otros logros de Rosario
Otras actividades de lucha incansable de doña Rosario Ibarra, son la vinculación que logró de Eureka a organizaciones internacionales en París, Nueva York, Ginebra, La Haya, debido a la enorme experiencia adquirida en labores comunitarias.
Además, en el año 2012 y con el impulso del Comité Eureka y el Colectivo Hijos México, logró abrir el Museo Casa de la Memoria Indómita, con el cual se busca reivindicar a personas víctimas de desaparición forzada, así como a los desaparecidos por motivos políticos.
Ibarra de Piedra también es promotora incansable de las reformas constitucionales y legales a favor de los derechos humanos, en contra de la tortura y la desaparición forzada.
Fue debido a esta gran labor, que logró ser candidata al Premio Nobel de la Paz en cuatro ocasiones, en 1986, 1987, 1989 y 2006; también se realizó un documental sobre su experiencia de lucha en el ámbito de los derechos humanos en México, como un reconocimiento a su lucha.
En 2019 se le concedió la medalla al mérito cívico “Eduardo Neri, legisladores de 1913”. El 23 de octubre de 2019, a 44 años de la desaparición de su hijo y cuando doña Rosario Ibarra tenía 92 años, el Pleno del Senado de la República aprobó otorgarle la Medalla de Honor Belisario Domínguez, como reconocimiento por su ardua labor como activista y defensora de los derechos humanos, por más de 40 años.
Su hija continúa el legado
María del Rosario Piedra Ibarra, ha compartido el sentir de su madre, asegurando que a ella le hubiera gustado jamás haber recibido un reconocimiento, sino mejor ser una mujer desconocida, pero que su hijo estuviera a su lado y no desaparecido.
Rosario Piedra Ibarra, ha seguido los pasos de su madre y en noviembre del presente año, la Cámara de Senadores la eligió para la Presidencia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH); el periodo en el que se desempeñará, comprende del 16 de noviembre de 2024 al 15 de noviembre de 2029.
Como luchadora social, también es parte del Comité ¡Eureka!, es psicóloga, activista, ex funcionaria y ya había sido presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en el período anterior, de 2019 a 2024.