Las leyendas son una parte esencial de las ciudades, las cuales no serían las mismas si no se contarán historias de terror ocurridas hace muchos años.
Ciudad Obregón es el lugar en que se encuentran unas extrañas figuras poco usuales de mirar en otra locación, un sitio en el que se realizaban rituales satánicos.
Según cuentan personas de la región, las criptas fueron construidas en los años 80 y se ubican al oeste de Ciudad Obregón en Granjas Las Micas.
Basta con llegar al punto en el que se encuentran las extrañas edificaciones, con una estructura muy diferente en cada una de las cinco presentes para presenciar algo tenebroso.
El templo satánico está conformado por un Templo Mayor, en el que se dice que un sacerdote emite una ceremonia para los integrantes de la secta.
Todos los edificios están conectados por unos túneles subterráneos mismos por los cuales se ingresaba a la planta baja del Templo Mayor, lugar en el que se realizaban rituales de celebración.
¿Por qué se construyeron las criptas satánicas?
Al conjunto de estas extrañas construcciones se le conoce como “Templo satánico” pues fueron creadas por un hombre que adoraba a Satán y las historias que se cuentan de esa zona son cómo para no dormir.
Se dice la persona seguidora de lo maligno, era Miguel Valera, un trabajador del seguro social que siempre vestía de negro.
Como parte de su vestuario portaba un cinturón con una hebilla en la que se podía apreciar el rostro de Satán.
La historia relata que el dinero para construir las extrañas figuras de los edificios, era enviado por una secta de Estados Unidos que pretendía expandirse a México.
Se cuenta que en las criptas satánicas se realizaban sacrificios humanos y que aún en la actualidad hay grupos que continúan con los ritos.
Personas de los alrededores, afirman escuchar muchos ruidos extraños en tipo de lamentos cómo si algo malo pasará durante horas de la noche.
Resbaladero de sacrificios humanos
Una de las cinco extrañas edificaciones, se trata de una especie de resbaladero, en el cual, se dice que se realizaban sacrificios humanos y de animales.
Su estructura fue diseñada para que la sangre derramada corriera hacia la tierra del lado donde nace el Sol, lo cual simboliza que la luz es opacada por la oscuridad.
A pesar de que han pasado años desde que el dueño de las construcciones falleció, algunas personas afirman que ese lugar continúa activo para ritos satánicos.
Incluso testigos confiesan ver figuras extrañas y algunas apariciones así como gritos de dolor y lamento.
Lo que sí es un hecho es que las construcciones a simple vista generan una especie de temor e inseguridad debido a la forma en la que se edificaron.
El terreno en el que se encuentran, se ha puesto a la venta en varias ocasiones pero el interés por obtener la propiedad siempre es menor al miedo ocasionado por las historias que se cuentan de él.
Publicado originalmente en El Sol de Hermosillo