En 2010 el gobierno de Estados Unidos, encabezado por Barak Obama, ofreció una disculpa pública al pueblo de Guatemala por los experimentos con humanos llevados a cabo en Guatemala en la década de 1940 por profesionales de la Salud estadounidenses.
Fue en 2010 cuando la Dra. Susan Reverby descubrió, mientras investigaba el Experimento Tuskegee, sobre los experimentos médicos realizados en Guatemala durante el periodo de 1946 a 1948, los cuales consistían en enfermar a ciertos sectores de la población de manera deliberada para experimentar la efectividad de las innovaciones médicas del momento.
¿En qué consistían estos experimentos?
El Laboratorio de Investigaciones de Enfermedades Venéreas del Servicio de Salud Pública de Estados Unidos, La Oficina Sanitaria Panamericana, que era virtualmente una dependencia del gobierno estadounidense (actualmente la Organización Panamericana de la Salud) decidieron, diseñaron y patrocinaron experimentos en Guatemala, que consistía en inocular de manera deliberada a cientos de guatemaltecos con enfermedades de transmisión sexual.
Según la investigación se infectaban a los sujetos con sífilis, gonorrea y otras enfermedades de transmisión sexual, se estima que más de mil 500 guatemaltecos fueron utilizados como conejillos de indias sin saberlo para que se experimentara y estudiara el efecto de estas enfermedades en el cuerpo humano. También se buscaba conocer la capacidad preventiva de la penicilina sobre estas enfermedades.
Los experimentos no fueron conocidos hasta el año 2010, cuando se destapó el escándalo que involucraba a autoridades de Estados Unidos y de Guatemala.
¿Quiénes fueron infectados?
Para llevar acabo esto, los investigadores, recurrieron a prostitutas infectadas a las que le permitía pasar la noche con reclusos para trasmitir el virus, a niños de orfanatos quienes eran inyectados, enfermos mentales y militares de bajo rango que no cuestionaban órdenes. Muchos de estos fallecieron debido a la enfermedad que les fue inoculada.
¿Cómo se descubrió?
En octubre del 2010 la noticia se dio a la luz luego de una investigación llevada a cabo por la Dra. Reverby, quien no esperaba divulgarla hasta el año 2011, pero una filtración terminó por adelantar esta publicación, terminando por ser un escándalo a nivel internacional.
Aquí puedes leer el documento de Comisión presidencial para el esclarecimiento de los experimentos en humanos en guatemala 1946-48
En el año 2015 el portal de la BBC pudo entrevistar a una persona que sufrió los estragos de ese experimento:
”Fue algo aberrante, algo que nunca me podría haber esperado", dice Héctor Bardales, quien fue inoculado con sífilis mientras prestaba servicio militar en su país cuando tenía 19 años. "Una vez fui al cuartel general y allí me abordaron. Un hombre vestido de blanco, que me iba a poner una inyección y me decía en inglés 'this is good for you' (esto es bueno para usted)", recuerda.
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El Sr Bardales no fue consciente de que estaba enfermo, y cuenta como poco a poco su salud fue empeorando "Llegó un momento que perdí la memoria, no sabía en lo que andaba y toda mi vida ha sido aberrante, ha sido mala, mala, mala […] soy un hombre de 88 años, le serví a mi patria y no es justo que me hayan hecho esta barbaridad”
Buscando responsables
Héctor Bardales es parte de la demanda colectiva que 773 personas presentaron contra la Universidad Johns Hopkins y la Fundación Rockefeller. Según la demanda, tanto médicos y científicos vinculados a estas instituciones “participaron, aprobaron, fomentaron, ayudaron y fueron cómplices” de los experimentos en Guatemala en la década de 1940.
La Universidad compartió, mediante un comunicado: “Johns Hopkins expresa una profunda simpatía por los individuos y las familias afectadas por el deplorable estudio de sífilis de la década de 1940 financiado y realizado por el Gobierno de los Estados Unidos en Guatemala”.
Por otra parte, la Fundación Rockefeller dijo que la demanda no tenía mérito y que la organización no tenía conocimiento, ni diseñó, financió o administró el experimento.