El simple hecho de poder oler el humo que emite un fumador, puede ser la señal de que dos personas se encuentran muy cerca una de la otra, por lo que desde ese momento, hay un riesgo de adquirir cualquier virus a través de las gotas que se expelen al hablar, toser o estornudar.
Sin embargo, a lo anterior se le suma la posibilidad de contagiarse al momento de oler el humo del fumador, pues “podría haber virus activos en toda la nube”, explicó el doctor David Christiani, profesor de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, en un artículo de The Guardian.
Asimismo, independientemente de la distancia física, un fumador habitual no suele hacer uso del cubrebocas, por lo que “no sólo propagan potencialmente el virus al no usar la mascarilla, sino que soplan las microgotas que pueden infectar a la gente que los rodea”, dijo el doctor Albert Rizzo, jefe de la American Lung Association de Estados Unidos.
A lo anterior se le suma que, el humo de cigarro puede dispersarse largas distancias por ráfagas de viento y penetrar en algunas mascarillas diseñadas solo para proteger de las gotas.
Lo más conveniente es mantenerse apartado de la gente que está fumando,consecuencia de la alta posibilidad de contagiarse de Covid-19 de esta manera, así como por el hecho de que respirar ese humo puede causar diversos problemas de salud, de acuerdo con los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Fumar no sólo representa un riesgo de tener complicaciones ante el virus pandémico actual; sino también puede ser una de las vías más peligrosas para esparcirlo.