Torreón, Coahuila.- A lo largo de casi seis meses que el mundo está luchando contra el SARS-COV2 (Covid-19), se han venido presentando diversos fenómenos en el comportamiento y sus efectos de esta cepa, las secuelas que puede sufrir una persona que superó la enfermedad pueden ser de índole cardiaco, neuronal y hasta psicológico.
Rafael Argüello Astorga, director del Instituto de Ciencia y Medicina Genómica de Torreón, dijo que pese a que este virus es nuevo en el mundo de la ciencia y la salud, durante este período de meses que se analiza y estudia las mutaciones del mismo, se ha podido prevalecer con seguridad que sí quedarán y hay secuelas en el organismo de aquellas personas que ya lo padecieron.
“A través de los meses de la pandemia lo que se ha ido descubriendo es que los pacientes que padecen Covid-19 o un porcentaje de ellos, tienen secuelas, dentro de los más importantes que refieren es el cansancio, esto puede durar semanas o meses, y siguen otros que son de daños más severos, de los cuales puede haber afectaciones a largo plazo tanto riñón, hígado, hay también afección a lo que es el recubrimiento de las arterias y eso predispone a otras afectaciones como son infartos de co9razón e infartos cerebrales”.
Aunque para la sociedad en su conjunto resulte difícil aceptar que el virus deja daños a nivel cardiovascular, el investigador lagunero, expresó, “De ahí que algunos de los protocolos médicos se han dado consistentes en tratar de prevenir las complicaciones indirectas de estos daños, específicamente el uso de anticoagulantes por períodos largos hasta que remitan todas esas complicaciones relacionadas con la infección”.
“Existen también otros problemas asociados al sistema nervioso central que van desde simplemente falta de memoria, hasta problemas más severos de sicosis, alucinaciones y daños de ese tipo que se han presentado en los pacientes, por otra parte, esto no solamente a los pacientes que se infectaron, sino en general a la población, en el ambiente en el cual se ha vivido estos últimos meses para cierta persona que tienen cierta predisposición a problemas de tipo psiquiátrico, sobre todo depresión; resultan ya muy agobiantes”
Si bien, no existe de manera oficial la vacuna aprobada por el órgano rector de la salud a nivel mundial, como lo es la Organización Mundial de la Salud, la única herramienta que con la que se cuenta es el uso obligatorio del cubre bocas, gel antibacterial y guardar distancia adecuada en sitios donde hay aglomeraciones.