Un estudio publicado en la prestigiosa revista 'The Lancet' destaca la importancia de los entornos laborales como un factor clave en la salud mental de las personas, revelando que las condiciones adversas de trabajo pueden contribuir a la aparición de trastornos depresivos.
Investigadores del University College Cork (UCC) en Irlanda, en colaboración con académicos de diversas universidades en Europa, Japón y Australia, han resaltado la necesidad de prestar mayor atención a la mejora de los lugares de trabajo como una vía para impulsar la salud de la población.
El estudio, titulado 'Work-related causes of mental health conditions and interventions for their improvement in workplaces', ofrece pruebas sólidas basadas en estudios de cohortes internacionales a gran escala. Se ha demostrado que las condiciones laborales adversas aumentan el riesgo de trastornos depresivos y sugiere intervenciones críticas para mejorar la salud mental en los lugares de trabajo.
La Dra. Birgit Greiner y la Prof. Ella Arensman, de la Facultad de Salud Pública de la UCC, son coautoras del artículo que revela que aproximadamente el 15 por ciento de los adultos en edad laboral padecen trastornos mentales, siendo la depresión, la ansiedad y el abuso de sustancias los más comunes.
Los trabajadores con trastornos mentales enfrentan un mayor riesgo de baja por enfermedad, desempleo, abandono definitivo del empleo y menores ingresos a lo largo de su vida, lo que a su vez puede agravar los trastornos mentales, generando costos sustanciales tanto para los trabajadores como para la sociedad en su conjunto.
El informe resalta la importancia de desarrollar intervenciones proactivas para proteger y promover la salud mental y el bienestar de los trabajadores, subrayando que la mayoría de las intervenciones se centran únicamente en el nivel individual.
La Dra. Birgit Greiner, antes de su intervención en la Cumbre Mundial de la Salud, declaró: "Modificar las condiciones psicosociales de trabajo es clave. La salud mental en el trabajo debe convertirse en una preocupación colectiva a todos los niveles de una organización".
La Prof. Ella Arensman, directora de la Escuela de Salud Pública de la UCC y científica jefe de la Fundación Nacional de Investigación del Suicidio, enfatizó que la salud mental relacionada con el trabajo es un problema de importancia social y de salud pública. Señaló que las intervenciones deben incluir tanto la prevención de los problemas de salud mental como la asistencia a quienes se ven afectados.
El informe también brinda recomendaciones para que los responsables de la toma de decisiones apoyen un trabajo saludable y seguro para poblaciones diversas. Los investigadores instan a los gobiernos a incorporar el lugar de trabajo en sus estrategias de salud mental y a regular y controlar los entornos laborales.
Consideran que es fundamental prestar especial atención a los trabajadores con salarios bajos o marginados y desarrollar políticas de trabajo mentalmente saludables, promoviendo programas de formación y mejorando el apoyo y las condiciones laborales.
Este estudio enfatiza la necesidad de una acción integral para promover la salud mental en el ámbito laboral y destaca la importancia de abordar las condiciones adversas en el trabajo como un determinante esencial de la salud mental.