La fuente de la eterna juventud es un compuesto o sustancia que ha sido buscado a lo largo de la historia y ahora parece que por fin fue descubierta por un grupo de investigadores liderados por el biólogo molecular David Sinclair en la Escuela de Medicina de Harvard quienes lograron que ratones viejos se volvieran jóvenes.
Esto fue posible mediante el uso de proteínas que logran convertir una célula adulta en una célula madre; el primer avance de estos trabajos fue publicado a finales de 2020 e incluso se logró que ratones viejos que tenían mala vista y las retinas dañadas, pudieron volver a ver de manera repentina, al grado de poder se comparada con la de sus crías.
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De acuerdo con el propio Sinclair, este restablecimiento es permanente, por lo que ahora se analiza si este puede ser tomado como un proceso universal aplicable a todo el cuerpo; cabe mencionar que el experto lleva los últimos 20 años estudiando la manera de revertir los estragos que el tiempo genera en el organismo.
"Hoy tenemos la tecnología para poder llegar a los 100 años y más sin preocuparnos de tener cáncer a los 70, enfermedades cardíacas a los 80 y alzhéimer a los 90", ha declarado Sinclair, quien también afirma que, con estos avances, el envejecimiento podría ser considerado ahora como una enfermedad y no como algo irreversible.
¿CÓMO SURGIÓ LA INVESTIGACIÓN?
Y es que afirman que, con el hecho de revertir la edad de un órgano como el cerebro, las enfermedades propias de este envejecimiento desaparecen, además de que la memoria vuelve; para este trabajo fueron destinados dos ratones que son hermano y hermana de la misma camada, pero uno alterado genéticamente para envejecer más rápido.
De aquí surgió la idea de si este proceso era posible, porque no podría realizarse a la inversa, aunque antes de estas pruebas el biomédico japonés, Shinya Yamanaka, ya había reprogramado células de la piel de adultos humanos para que tuvieran comportamientos de células madre embrionarias o pluripotentes en cualquier parte del cuerpo.
Pese a que este trabajo incluso recibió un premio Nobel en 2017, las células adultas al convertirse nuevamente en células madre perdieron su identidad, por lo que, aunque son perfectas para renacer como células del día, perdieron la posibilidad de favorecer el rejuvenecimiento, pues cuando el Instituto Salk modificó parte de esta investigación, los ratones desarrollaron tumores cancerosos.
Finalmente, hasta ser tomados tres de los cuatro factores y agregados genéticamente a un virus inofensivo, diseñado para administrar los factores rejuvenecedores de Yamanaka a las células ganglionares de la retina dañadas de un ratón anciano, los genes pluripotentes se activaron al alimentar al ratón con un antibiótico, que podría ser cualquier químico, solo a manera de confirmar que los tres genes estén activados, con lo que las neuronas dañadas se rejuvenecieron.
Nota publicada originalmente en: El Sol de Puebla