La farmacéutica AstraZeneca dio a conocer que otro voluntario de la vacuna contra la Covid-19 ha sufrido “síntomas neurológicos sin explicación” durante la fase 3 del ensayo clínico.
Fue el portal noticioso Russia Today (RT) el que informó lo anterior, precisando que ambos inesperados padecimientos los sufrieron dos mujeres del Reino Unido. Ambos casos obligaron a la empresa y a la Universidad de Oxford, que trabaja en conjunto, a detener las pruebas.
A pesar de lo anterior, la farmacéutica ha asegurado que una “revisión independiente” determinó que es poco probable que las enfermedades estén asociadas con la vacuna pues no hay pruebas suficientes para decir con certeza es así.
El primero de los casos, que se dio a conocer en julio, fue por el descubrimiento de la inflamación de la médula espinal, conocida como mielitis transversa; sin embargo, se halló que la mujer padecía esclerosis múltiple y no le había sido diagnosticada.
La segunda participante enfermó con una segunda dosis de la vacuna, esto llevó a detener los ensayos el 6 de septiembre. Una fuente anónima confirmó que el diagnóstico fue mielitis transversa también.
El experto en vacunas de la Universidad de Ciencias y Salud de Oregón en Estados Unidos, Mark Slifka, asegura que la confirmación de un tercer caso debe ser motivo suficiente para detener la administración de la vacuna.
Slifka considera que lo anterior muestra “un patrón peligroso”; asimismo, el virólogo del Baylor College of Medicine en Houston, Peter Jay Hotez, calificó la situación como “horrible e inaceptable”.
Para el doctor Paul Offir, de la Universidad de Pensilvania y miembro del comité asesor de vacunas de la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA), no está claro cómo la empresa o el gobierno de Reino Unido determinó que el segundo caso no estaba relacionado con la vacuna.
