Una de las acciones más comunes al enfermarse es la automedicación. Lo cual puede ser contraproducente si no se tiene conocimiento médico, pues algunos medicamentos nunca deben mezclarse. A continuación se decimos qué medicamentos no debes mezclar nunca.
Al enfermarse lo más normal, y recomendado, es acudir al médico. Ahí un experto en salud inspeccionará la sintomatología y según su examinación diagnostica posibles causas de la enfermedad, así como un tratamiento para mejorar, este puede llevar cierta medicación.
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Sin embargo, son cada vez más las personas que recurren a la automedicación, acción nada recomendada, pues si bien podría disipar temporalmente los síntomas, también podría causar efectos secundarios como resistencia a antibióticos, alergias, entre otras consecuencias.
¿Qué medicamentos que no se deben combinar?
Las personas suelen automedicarse cuando se trata de enfermedades respiratorias y malestar estomacal, sin saber que la ingesta desmedida de medicamentos podría causar gastritis y hasta hemorragias digestivas.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) advierte que la interacción de ciertos fármacos puede disminuir la eficacia de otros, así como aumentar su acción sin necesidad, en algunos casos puede causar daño al organismo.
El portal Vademecum, detalla algunos medicamentos que no se recomienda combinar:
Productos de uso externo para el acné: Al usar productos similares al mismo tiempo, se puede generar una irritación en la piel
- Ácido Acetilsalicílico y coagulantes: su consumo puede aumentar el riesgo de hemorragias, al interactuar con anticoagulantes, trombolíticos, antiagregantes plaquetarios, ISRS y alcohol. También existen efectos adversos con diuréticos, esto puede generar el riesgo de sufrir fallo renal agudo.
- Paracetamol: Puede aumentar el efecto de anticoagulantes orales, al igual que tener una biodisponibilidad disminuida y potenciación de toxicidad con anticonvulsivantes, disminuye el efecto de los diuréticos, entre otras. Es por eso que siempre debes tener el respaldo y apoyo de un profesional de la salud, de esta manera tendrás el mejor tratamiento y disminuyendo el riesgo de efectos secundarios.