En medio de la pandemia del Covid-19, la cual ha cobrado miles de vidas alrededor del mundo y afectando a nuestro país de manera seria, surge la noticia de que en la ciudad de Arezzo en Italia, un gato mordió a su propietaria y después murió. Era raro el comportamiento del gato de una familia de padres y dos hijos. De inmediato intervinieron las autoridades sanitarias de la región Toscana y también el ministerio de Salud Pública, sospechando un caso de rabia.
Resultó que el culpable de la muerte del gato es un virus parecido a la rabia. Se trata del temido Lyssavirus, encontrado solo una vez en el mundo en un murciélago del Cáucaso en 2002.
El virus fue aislado por el Centro Nacional para la rabia del Centro Experimental de Venecia. De inmediato se formó un comité técnico científico, que se reunió el domingo, y un grupo de investigadores está detrás de asunto, buscando dos murciélagos que al parecer frecuentaban los amplios fondos de la casa de la familia de Arezzo, que los toleraban porque alejaban los bichos.
El Ministerio de Sanidad italiana informó que nunca fue confirmada la capacidad de este virus de reproducirse en animales domésticos o seres humanos. Todas las personas que estuvieron en contacto con el “gatto morto” están siendo sometidas a profilaxis.
El caso recordó otro misterio: la docena de contagios comprobados en Hong Kong de un virus que trasmite la hepatitis, conocidos entre el año pasado y los últimos meses. El agente de trasmisión son las ratas y la docena de víctimas seres humanos, de los cuales al parecer ninguno ha muerto. Pero se produjo en este caso el mismo salto de especie de nuevo coronavirus de murciélagos a seres humanos vivido en la metrópoli china de Wuhan, el año pasado, y que hizo estallar la pandemia mundial del alcalde de Arezzo, Alessandro Ghinelli, emitió este lunes dos ordenanzas cautelares. La primera dispone el secuestro de los animales propiedad de la mujer mordida (un perro, un gato y tres gatitos pequeños).
La otra ordenanza es más espectacular. Dispone que desde hoy hasta el 27 de agosto, los perros en la ciudad de Arezzo “deben circular munidos de bozal y conducidos con una correa por su propietario”. Los perros sin bozal ni correa con dueño serán considerados vagantes y sometidos a observación durante seis meses, a menos que los propietarios paguen todos los gastos, incluso la vacuna antirrábica y la multa correspondiente. coronavirus.