Lavar el pollo crudo es una práctica común, pero puede ser contraproducente. Expertos en salud advierten que esta acción no solo es ineficaz para eliminar bacterias, sino que puede aumentar el riesgo de contaminación cruzada en la cocina.
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¿Por qué no es recomendable lavar el pollo?
El pollo crudo puede estar contaminado con bacterias como Campylobacter, Salmonella o Clostridium perfringens. Lavarlo con agua no elimina estas bacterias, sino que las dispersa por el fregadero y otras superficies de la cocina. Al entrar en contacto con otros alimentos, como ensaladas o frutas, estas bacterias pueden causar intoxicaciones alimentarias.
¿Cuál es el método más seguro?
La cocción adecuada es la mejor manera de eliminar bacterias del pollo. Se recomienda cocinarlo a una temperatura interna mínima de 74°C, verificando con un termómetro de cocina para garantizar su completa inocuidad.
Consejos para una manipulación segura del pollo:
No laves el pollo crudo.
Cocina el pollo a una temperatura interna de 74°C.
Lava tus manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos después de manipular pollo crudo.
Lava y desinfecta el fregadero y las superficies que hayan estado en contacto con pollo crudo.
Utiliza diferentes tablas de cortar para carne cruda y otros alimentos.
No coloques alimentos cocidos en superficies que hayan estado en contacto con pollo crudo.