En Coahuila se registraron un total de 167 suicidios en el primer semestre del 2024, de los cuales, un total de 40 corresponden a la región Lagunera; las crisis de ansiedad, de depresión y la problemática familiar son los principales factores que han llevado a las personas a consumar el acto.
Según datos de la Fiscalía General del Estado (FGE), la región Sureste encabeza la lista con 57 suicidios, seguida por La Laguna; la región Norte con 35, Centro con 26 y la Carbonífera con 9 personas que decidieron quitarse la vida.
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Judith Varela, vicepresidenta de la Red Mundial de Suicidología, dijo que en la entidad la situación ya es preocupante; el desglose por género revela que los hombres son los más afectados, con 135 casos, mientras que las mujeres representan 32 de los suicidios reportados.
“Esta disparidad subraya la necesidad de abordar los factores específicos que afectan a cada género de manera diferenciada”, advirtió.
Este mes está dedicado a la prevención del suicidio, específicamente el día 10 de septiembre que es el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, enfocado a realizar más actividades de concientización, socialización y sensibilización para prevenir suicidios; está organizado por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) y avalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Es importante que se siga informando y concientizando a la sociedad para la detección de los signos de alerta y el apoyo a las personas que puedan necesitarlos, a fin de que la prevención sea útil para poder reducir la incidencia en este tipo de muertes.
Irene Ibarra Vitela, tanatóloga y suicidóloga, comentó que en los últimos años, dos sucesos han cambiado el patrón y provocado un aumento en el índice suicidios en Torreón; uno fue la ola de violencia extrema y el segundo la pandemia del covid-19.
Las pérdidas que trajeron consigo estos dos eventos traumáticos para la población, así como la gran ansiedad que detonó en una gran cantidad de personas, fue factor fundamental para que incrementara la ideación suicida, pero también la consumación.
Otra situación que propició esto en la pandemia, sobre todo con los más jóvenes del hogar (niños y adolescentes), fue que realmente no conocían del todo la dinámica y problemática familiar, que al estar todo el tiempo en casa comenzaron a detectar, desarrollando también diversidad de sentimientos y emociones, que desencadenaron en el aumento del suicidio en los menores.
Menores, los más afectados
“Antes de la pandemia, mis pacientes eran niños y adultos, post pandemia han sido adolescentes y jóvenes con un gran problema de ansiedad, que no saben por qué pero están sumamente ansiosos y si no saben el porqué los empuja hacia este tipo de acciones”, destacó Gerardo Méndez Morales, psicoterapeuta especializado en duelo.
Anteriormente el suicidio era el segundo lugar de muerte en jóvenes de 20 a 29 años y actualmente se presenta más en adolescentes y además, se han registrado ya casos de niños de los 8 a los 12 años en la región, lo cual resulta alarmante.
“Realmente los niños no tienen una conciencia real de lo que es la muerte; ellos ven que la persona ya no se mueve, respira, camina, pero ellos no tienen la maduración intelectual total para comprender lo que es”, comentó.
También se ha incrementado la tasa en personas de los 45 a los 60 años en la actualidad son más las mujeres que lo intentan, pero más hombres que consuman el suicidio, debido a que es diferente la forma en la que proceden para hacerlo.
El especialista destacó que en Coahuila, durante el 2023 todavía se ubicó en el segundo lugar a nivel nacional en suicidios, registrando en ocasiones hasta 10 por semana; dijo que esto es muy grave, sobre todo porque no existe una conceptualización real de lo que es el suicidio. “Sabemos que es un atentado que se hace la misma persona a sabiendas de que le va a costar la vida”.
¿Por qué llegan al suicidio?
Ambos especialistas, coincidieron en que el suicida no se quiere quitar la vida solo por hacerlo, lo que sucede es que ya no encuentra una salida a la o las problemáticas que tiene, mismas que pueden ser muy variables; en ocasiones no cuenta con las redes de apoyo que debería o necesita tener, ya sea sus padres, familiares o amigos y opta por esta decisión.
Hay que tomar en cuenta que el suicidio es multifactorial y uno de esos factores que puede ser más relevante es el que viene de la niñez; cuando en la infancia no se tiene una adecuada satisfacción de las necesidades, se va rezagando el desarrollo biopsicosocial, lo cual significa que la inseguridad y la desconfianza se van acentuando cada vez más.
Posteriormente, en la adolescencia, es donde se detona la problemática; en la adolescencia hay una explosión hormonal y con ello muchos cambios. “Además continúa con la formación de la identidad y hay un choque tremendo para ellos, tan fuerte que se han estado repuntando los suicidios, intentos e ideaciones”, destacó Méndez Morales.
Pero todo influye para ir formando la ideación suicida y detonar una necesidad de llevarlo a la práctica, tanto el entorno familiar, situación social, sentimental, ambiente escolar, entre otros que suelen conjugarse.
“Conforme te vas enfrentando al mundo y con estas circunstancias, se te va haciendo más difícil, sobre todo si papá o mamá y sobre todo la madre, no entienden esto, no sabe o no se empodera para decir, qué tengo que hacer por mi hijo para que esté seguro, para que lo que haga lo haga con toda seguridad”, advirtió.
También la situación de la época actual en la que hay muchas madres solas, abandonadas, padres o madres que tienen la necesidad de salir a trabajar y dejar a los hijos a cargo de otras personas; aunque sean los abuelos, trae consigo otra problemática emocional, ya que existe un choque entre lo que le están enseñando en casa y lo que le brindan los abuelos. El menor se confunde totalmente, empezando a desarrollar otra problemática en la que no encuentra cómo salir si no tiene el apoyo necesario.
Dijo que la salud mental se debe fomentar desde que los niños son muy pequeños, desde que empiezan a aprender, a ser educados; de ahí que la atención a los hijos debe ser fundamental, darles un tiempo y escucharlos a pesar de tener ocupaciones diversas.
“El suicidio es solo la punta del iceberg, una persona que se suicida cuántas ideas no tuvo antes y cuántas cosas no hay detrás de que quiera tomar esa situación, para llevarlo a pensar que ya no hay otra salida”.
Destacaron que es fundamental siempre escuchar a los hijos, dialogar con ellos y darles momentos fuera de la presión, las prisas, pese a estar cansados y ocupados; el amor, la atención y la orientación adecuada desde el seno familiar es fundamental para desarrollar la seguridad y estabilidad emocional de un niño o un adolescente.
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Se dice que cada persona llega a tener al menos una o dos ideas suicidas en su vida; cuando alguien tiene ya un problema relacionado directamente con el tema, nunca se termina, solo puede adquirir herramientas para ver posibilidades ante los tiempos de crisis.
Destacaron que es una problemática muy fuerte que deben atacar todos los sectores con acciones puntuales, pero sobre todo, en los hogares estando al pendiente de los niños y jóvenes, atender sus necesidades pero no solo materiales sino emocionales.
Un duelo diferente
Para los especialistas de la Asociación Lagunera de Tanatología A.C. (Atalac), fundada hace 14 años tras la época de crisis de violencia en la región Lagunera, para brindar acompañamiento y atención a personas que enfrentan diferentes tipos de pérdidas, el duelo de quienes han perdido un ser querido por suicidio es muy diferente; se ha comprobado que es más complicado porque llegan buscando los porqué, tratando de entender porqué lo hizo, porqué sucedió, por qué a ellos y estas son preguntas que jamás podrán tener respuesta, además son personas que siempre llegan con culpa.
“En todas las fases del duelo por suicidio hay culpa, por ello sabemos que tenemos que separar a las personas que sufren este tipo de duelo de los demás; se tienen que atender en una forma diferente y particular, de una forma exclusiva”, destacó la tanatóloga Irene Ibarra.
“Nosotros tenemos que ayudarles a cambiar el concepto de no buscar el porqué, sino el para qué; hay que buscarlo, situarse y buscar en ellos mismos esa respuesta y muchos optan por también dar servicio a otros para superar este tipo de duelo, aunque todo es un proceso”.
Si es muy diferente el duelo de una persona que ha tenido pérdida por suicidio a quien la tiene por otra situación como enfermedad, accidente u otra causa.
Un apoyo especial
Mientras haya una pérdida, la tanatología debe ser indispensable; los psicólogos deberían siempre saber de tanatología para poder acompañar adecuadamente a este tipo de pacientes en terapia, porque brinda un soporte metodológico para que atienda de determinada manera y que la persona pueda salir de esa situación.
Todo lo que tenga que ver con pérdida se puede trabajar con tanatología y en sí, hay pérdidas que no son humanas y que pueden generar un impacto muy fuerte en las personas y afectar su situación emocional al no trabajarlas adecuadamente.
Alatac se creó con esa finalidad, de ser un soporte para las personas que atraviesan duelos; se dedican a realizar acompañamientos para personas que han perdido un ser querido de diferentes maneras, con base en los principios y técnicas de la Tanatología.
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Cuando empezaron a incrementarse los índices de suicidio en la región, la asociación también empezó a recibir cada vez más personas con duelo por suicidio.
Estos acompañamientos tienen una base emocional y se les da la oportunidad de expresarse sobre las pérdidas, además de encontrarse con otras personas que también han sufrido algo similar; se vuelve una pequeña comunidad en la que la gente empieza a sentirse segura.
Con estas sesiones se brindan herramientas para poder manejar las emociones, hacer un proceso interno de cambio e irse con un proyecto de vida para que no tengan una recaída emocional o bien, que no lleguen a crear una dependencia al grupo.
Encuentran apoyo, empatía, desahogo con otras personas que también están atravesando por el mismo proceso, lo cual es un gran soporte para quienes están en duelo.
“Lo que sí hemos podido darnos cuenta es que las personas que llegan por un duelo por suicidio no tan fácilmente hablan, porque el suicidio está llenos de mitos y muy estigmatizados todavía; llegan pensando que se les va a juzgar, criticar, que la gente los culpa o ellos mismos la sienten”.
También están realizando constantes pláticas en escuelas de diferentes niveles educativos, para la prevención y concientización sobre el tema, sobre los factores que influyen, con la finalidad de trabajar el tema desde la raíz y aportar a la sociedad, brindando información, orientación y atención a los niños y jóvenes.
Por otra parte, elaboraron un diplomado en tanatología para quienes terminan su proceso, con el que la gente puede profundizar más en su situación de pérdida, pero también a aprender otras cosas; algunas de esas personas optan por integrarse a la asociación para acompañar también a otros.
