Alguna vez te has preguntado ¿qué le sucede a tu cuerpo cuando recibes una descarga eléctrica? A continuación te explicamos las consecuencias en tu cuerpo y cómo se pueden tratar
Las descargas eléctricas pueden tener consecuencias graves para el cuerpo humano, produciendo una variedad de lesiones que van desde heridas directas hasta paro cardiorrespiratorio. Estas lesiones son relativamente comunes y, en su mayoría, son accidentales y prevenibles.
Los niños pequeños, menores de seis años, y los adultos que trabajan en sectores como la construcción, son los grupos de edad más propensos a sufrir descargas eléctricas. Los niños pueden verse involucrados en accidentes al tocar cables o enchufes, mientras que los adultos pueden enfrentarse a riesgos eléctricos en su lugar de trabajo.
Las lesiones más habituales causadas por la electricidad incluyen heridas directas, quemaduras por energía térmica e incendios, y contracturas musculares. Estas lesiones pueden variar en magnitud dependiendo de la potencia y la duración de la descarga eléctrica.
La potencia de la descarga es el principal determinante de la lesión, calificándose como alto voltaje cuando el cuerpo recibe más de mil voltios, y como bajo voltaje cuando es inferior a esta cifra. Las lesiones por alto voltaje pueden ser especialmente graves y pueden incluir quemaduras de diferentes grados, necrosis de tejidos e incluso paro cardiorrespiratorio.
Cuando se atiende a un paciente que ha recibido una descarga eléctrica, es crucial considerar el voltaje recibido, la resistencia de los tejidos, el área afectada y el volumen total del cuerpo. Las lesiones pueden variar significativamente dependiendo de estos factores, y no son iguales en niños y adultos, incluso si el voltaje es el mismo.
Las quemaduras son las lesiones más comunes en casos de descarga eléctrica, pudiendo variar desde quemaduras de primer grado hasta quemaduras de tercer grado, que pueden resultar en necrosis de tejidos y complicaciones como insuficiencia renal. Además de las quemaduras, las descargas eléctricas también pueden causar daño a los nervios periféricos, lo que puede resultar en parálisis y anestesia permanente en las manos.
La lesión más grave que puede resultar de una descarga eléctrica es la electrocución o paro cardiorrespiratorio, que puede ser causada por arritmias malignas o asistolia. La reanimación cardiopulmonar prolongada es necesaria en estos casos, ya que el tejido cardiaco puede no estar lesionado y la parada cardíaca puede ser reversible.
Además de las quemaduras y el paro cardiorrespiratorio, las descargas eléctricas también pueden causar fracturas óseas, ya sea como resultado de contracturas musculares intensas o traumatismos causados por la potencia de la descarga.
En resumen, las descargas eléctricas pueden tener consecuencias devastadoras para el cuerpo humano, por lo que es fundamental tomar medidas de prevención tanto en el hogar como en el lugar de trabajo para evitar estos accidentes y sus graves repercusiones.