Médicos del Montefiore Health Hospital en Nueva York, Estados Unidos, realizaron el primer trasplante de corazón en el mundo de un paciente VIH positivo a otro seropositivo.
Aunque desde 2013 se tiene permitido a las personas con VIH donar sus órganos a otras que tengan el virus, se necesitó de casi una década para que por primera vez un corazón pudiera ser trasplantado.
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Las autoridades confían en que este tipo de procedimientos ayude a detectar cómo funcionan los órganos en los receptores con VIH e incluso aumentar las investigaciones para que los pacientes con el virus puedan ayudar a salvar más vidas.
El primer trasplante de corazón entre pacientes con VIH
El Montefiore Health Hospital se ubica en el Bronx, Nueva York, e informó que la paciente que recibió el trasplante de corazón se trata de una mujer en sus 60 años con VIH, quien también recibió un riñón del mismo donante.
La mujer, de la que no se dijo su nombre para cuidar su identidad, padecía de insuficiencia cardíaca avanzada por lo que necesitaba del trasplante. El procedimiento tuvo una duración de cuatro horas, se realizó durante la primavera y hasta ahora se dio a conocer.
Debido a la operación la mujer requirió de un tiempo de recuperación de cinco semanas y actualmente continua su rehabilitación en casa y de manera periódica visita a los médicos para mantenerse controlada.
“Ella estuvo esperando bastante tiempo y pensamos ¿por qué no discutimos esto con la paciente? Y ella realmente estaba completamente de acuerdo y aceptó los riesgos y beneficios y firmó el consentimiento”, explicó el doctor Omar Saeed, cardiólogo del hospital Montefiore.
El centro médico de Montefiore es solo uno de los 25 en todo Estados Unidos en donde se pueden practicar este tipo de cirugías entre pacientes con VIH al cumplir con todos los criterios establecidos por la Red de Cuidado y Trasplante de Órganos (OPTN, por sus siglas en inglés).
“Este fue un caso complicado y un verdadero esfuerzo multidisciplinario de cardiología, cirugía, nefrología, enfermedades infecciosas, cuidados intensivos e inmunología”, añadió el doctor Saeed. “Hacer que esta opción esté disponible para las personas que viven con el VIH amplía el grupo de donantes y significa que más personas, con o sin el VIH, tengan un acceso más rápido a un órgano que les salvará la vida”.
La donación de órganos en pacientes con VIH
Dentro de los Estados Unidos fue en 2013 cuando se aprobó la Ley HOPE, que se define como política de equidad para los órganos de personas con VIH, con la que se revocó la prohibición a los pacientes seropositivos de ser donantes.
Esto benefició a las personas con el virus que se encontraban con la necesidad de recibir un trasplante. Las gestiones para conseguir la aprobación de la medida no fueron fáciles ante el estigma que genera la enfermedad.
Durante la crisis del SIDA en la década de los ochenta quedaron prohibidas las donaciones de órganos de pacientes con VIH. Con esto se buscó proteger a las personas que no tenían el virus de resultar infectadas en su búsqueda de recibir un trasplante sin importar la fuente.
La medida incluyó a las personas que ya contaban con el virus de recibir un trasplante, a pesar de que para ellos no suponía un riesgo mayor al que ya enfrentan con la enfermedad.
Gracias a los avances tecnológicos y en la medicina, los pacientes con VIH ya pueden gozar de una mejor calidad de vida y cada vez mayores países evalúan relajar sus medidas en cuestión de donación de órganos. Tan solo en los Estados Unidos se estima que más de 3,400 personas se encuentran en lista de espera por un trasplante de corazón.
Nota publicada originalmente en: El Sol de Puebla