El envejecimiento es un proceso natural que a menudo lleva a preocupaciones sobre la salud y la apariencia física. Con el paso de los años, mantener buenos hábitos, especialmente en términos de alimentación y actividad física, se vuelve esencial para enfrentar los desafíos de la edad. Un estudio publicado por la revista 'Eat This, Not That' destaca algunas rutinas alimentarias cruciales para mantener la vitalidad después de los 60 años.
La pérdida de masa muscular es común a medida que envejecemos, y la proteína se convierte en un aliado vital. Alimentos como carne, pescado y huevos son ricos en proteínas, esenciales para mantener la fuerza muscular. Se recomienda una ingesta de alrededor de 0,8 a 1 gramo de proteína por kilogramo de peso corporal, distribuido en 2 o 3 porciones diarias, constituyendo aproximadamente el 15% de las calorías totales.
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Hidratación Continua
Con la edad, la tendencia a beber menos agua es común, pero mantenerse hidratado es clave para el bienestar. Se aconseja consumir entre dos y tres litros de agua diariamente. Este líquido vital, que representa más del 50% del peso corporal, contribuye a la eliminación de desechos, regula la temperatura corporal y facilita el transporte de nutrientes, siendo esencial para una vida saludable.
Cenar Ligero y Temprano
El hábito de cenar tarde puede pasar desapercibido, pero afecta la calidad del sueño. La recomendación es cenar de manera ligera y temprana para evitar una digestión pesada que dificulte conciliar el sueño. Este ajuste en el horario de las comidas puede contribuir a un descanso nocturno más reparador.
Fibra para la Salud Digestiva
La fibra desempeña un papel crucial en la salud digestiva. Alimentos ricos en fibra, como avena, legumbres, frutos rojos y manzanas, son aliados importantes para mantener una digestión saludable y regular. Incluir estos alimentos en la dieta diaria es esencial para expulsar eficientemente los desechos del organismo.
Enfrentar el envejecimiento con hábitos alimentarios adecuados y un enfoque consciente en la hidratación y la actividad física puede contribuir significativamente a una vida saludable y activa después de los 60 años.