El invierno se caracteriza por la llegada del frío, los días más cortos y el aumento de la necesidad de ingerir alimentos. ¿Alguna vez te has preguntado por qué tenemos la tendencia de comer más durante esta temporada? A continuación, exploramos las razones detrás de este comportamiento y cómo evitar caer en la trampa de los antojos invernales.
Cuando el frío del otoño e invierno se instala, parece que nuestros cuerpos desean alimentos más fuertes, calóricos y calientes. Este deseo persiste durante todo el invierno y disminuye gradualmente cuando llegan las temperaturas primaverales. ¿Pero por qué el frío nos hace comer más?
El clima invernal no solo afecta nuestros hábitos alimenticios, sino que también cambia nuestras necesidades orgánicas. Durante esta temporada, los días son más cortos y grises, lo que resulta en una menor exposición a la luz natural. Esta disminución de la luz natural lleva a un aumento en la producción de la hormona melatonina, la cual disminuye la temperatura corporal y, como resultado, aumenta nuestra necesidad de consumir más calorías.
Un estudio en Canadá, realizado tanto en humanos como en animales, reveló que el invierno altera el funcionamiento de las hormonas que influyen en el apetito, como los glucocorticoides. Por lo tanto, el cuerpo regula su metabolismo y lo mantiene en la temperatura normal de 37 °C. Dado que tanto la temperatura corporal como la ambiental disminuyen, esta necesidad de calorías adicionales se duplica.
Otro factor importante en nuestro aumento de apetito durante el invierno es el aburrimiento y la inactividad. Pasar más tiempo en casa debido al mal tiempo y a las temperaturas bajas a menudo nos lleva a buscar comida como una forma de entretenimiento. ¿Cuántas veces has ido a la cocina y buscado comida simplemente porque no tenías nada mejor que hacer?
La inactividad puede llevarnos a consumir más alimentos, y cuando hace frío, es menos probable que optemos por opciones saludables como frutas o ensaladas. En su lugar, preferimos alimentos reconfortantes, calóricos y calientes, como guisos, café con leche o pasteles de chocolate.
Trastorno afectivo estacional y la búsqueda de consuelo en la comida
El invierno también puede desencadenar el llamado trastorno afectivo estacional. La falta de luz solar, la imposibilidad de salir con amigos debido al mal tiempo y la sensación de estar atrapados en casa pueden generar sentimientos de angustia o nostalgia. A menudo, recurrimos a la comida como una forma de aliviar estos sentimientos, y tendemos a buscar alimentos grasos, azucarados o fritos.
¿Cómo evitar comer más en Invierno?
Aunque no podemos cambiar las estaciones, podemos cambiar la forma en que las enfrentamos. Aquí hay algunas formas de evitar caer en la trampa de los antojos invernales:
1. Mantente abrigado y cómodo en casa: Un ambiente cálido y acogedor en el hogar puede ayudar a reducir las ansias por comer más debido al frío.
2. Bebe líquidos calientes: En invierno, a menudo bebemos menos agua, lo que puede llevar a un aumento del apetito. Opta por bebidas calientes como té o agua con limón para mantenerte hidratado.
3. Compra alimentos saludables: Evita llenar tus alacenas o refrigerador con productos poco saludables. Ten a mano opciones saludables como frutos secos, pasta seca, queso magro o galletas integrales.
4. Disfruta de comidas calientes: Las sopas y caldos son opciones reconfortantes y satisfactorias que también ayudan a elevar la temperatura corporal.
5. Mantén la actividad: A pesar del clima frío, busca maneras de mantenerte activo. Ya sea yendo al gimnasio, leyendo, o encontrándote con amigos, la actividad física y social pueden reducir el aburrimiento y la necesidad de recurrir a la comida.
6. Descubre el concepto "Hygge": Originario de Dinamarca, "Hygge" implica disfrutar de la comodidad y la satisfacción de estar en casa durante el invierno. Aprovecha este tiempo para actividades placenteras, como pasar tiempo en familia, meditar o disfrutar de tus pasatiempos.
Recuerda que el invierno no debe prohibirte hacer lo que te gusta ni convertirse en una época en la que caigas en malos hábitos alimenticios. Con conciencia y planificación, puedes disfrutar de esta temporada sin sacrificar tu salud.
La clave es reconocer que comer más en invierno es una respuesta natural del cuerpo, pero podemos tomar medidas para evitar el exceso y mantener un equilibrio saludable en nuestra dieta durante esta época del año.