La "alergia al agua", científicamente conocida como urticaria acuagénica, es una extraña enfermedad que afecta a un reducido número de personas, pero que puede tener un impacto significativo en sus vidas. A pesar de su rareza, se han documentado al menos 40 casos de esta afección en la literatura médica.
La urticaria acuagénica se manifiesta como una reacción alérgica en forma de ronchas, generalmente de color rojizo, en la piel de quienes la padecen. Estas ronchas pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero se ha observado que las áreas más afectadas suelen ser el torso y los brazos.
La principal característica de esta enfermedad es su reacción al contacto con el agua o la humedad. Esto impide que las personas afectadas puedan llevar una vida normal, ya que incluso actividades diarias como ducharse o hacer ejercicio pueden desencadenar una reacción alérgica.
Los síntomas de la urticaria acuagénica incluyen ronchas, picazón intensa y enrojecimiento de la piel después del contacto con el agua. Esto ha llevado a quienes la padecen a tomar antialérgicos antes de bañarse o evitar el agua en la medida de lo posible.
La gravedad de la alergia al agua varía de persona a persona, y algunas pueden verse obligadas a mudarse a áreas con un clima menos húmedo para evitar desencadenar reacciones alérgicas severas. Esto puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de quienes la padecen.
Según la doctora Gabriela Dias de la Asociación Brasileña de Alergia e Inmunología, la urticaria acuagénica tiende a afectar con mayor frecuencia a las mujeres y suele manifestarse durante la pubertad o después de ella. Aunque se ha asociado con la inmadurez del sistema inmunológico en este grupo, aún no existe una explicación definitiva para esta tendencia.
Para mantenerse hidratadas, las personas con urticaria acuagénica a menudo recurren a la ingesta de frutas, ya que beber agua o sudar puede desencadenar reacciones alérgicas graves en su piel. A pesar de los desafíos que enfrentan, muchos de los afectados buscan formas de adaptarse a esta extraña enfermedad y llevar una vida lo más normal posible.