Uno de los emblemas de Coahuila es el Sarape de Saltillo. Muchos lo conocen e incluso tienen uno en casa, pero ¿conoces su origen? Te contamos.
Comencemos por explicar que este tipo de prenda existe en muchos lugares de México, solo que con nombres distintos como poncho, jorongo, manta, gabán. Aunque, el Sarape como tal ha logrado trascender las fronteras y ser conocido a nivel mundial ¿por qué?
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Origen del Sarape de Saltillo
Cuenta la historia que tras la llegada de los españoles a la región, llegó el telar, la lana de borregos y los tintes. Esto propició que los indios tlaxcaltecas comenzaran a trabajar el sarape en Saltillo, donde plasmaban sus creaciones. Los colores destacan de manera especial, pues los paisajes áridos que plasmaban contrastaban.
Al ser una región calurosa, el sarape se comenzó a hacer con un hilo más delgado y fino, lo que permitió darle más color y brillantez al tejido y reflejar así las diferentes tonalidades del cielo y la tierra.
Como tal, el ‘Sarape de Saltillo’ se logró entre los años 1600 y 1800, cuando la ciudad era un centro importante de comercio al norte del país y los estados de Texas, Nuevo México, Arizona y California que aún pertenecían a México.
Esta comercialización usaba los productos hechos en todo México, pero el Sarape de Saltillo destacó por sus características. En primer lugar, que el hilo fuera más delgado, el diamante que lucía al centro y que era su mayor distinción.
Durante el siglo XX, el Sarape sufrió una trasformación, pues se comenzaron a integrar difuminados en los tonos con los que se hacía, lo que permitía reflejar más colores del cielo y la tierra, sus atardeceres, amaneceres y la vegetación del desierto de Coahuila.
Todas estas distinciones y su transformación a través de los últimos siglos han permitido que el sarape de Saltillo consiga su propia distinción, la cual ha sido reconocida en diferentes épocas y usada por familias de la nobleza, quienes incluían en su tejido sus heráldicas, así como artistas y familias acaudaladas.