Se acerca el Día de la Niñez y con él todas las celebraciones y actividades especiales para alegrar a niños y niñas. Entre las dinámicas más divertidas que se realizan en las escuelas esta temporada está el día de los “Sombreros Locos”, un juego que asombrosamente tiene su origen en una antigua enfermedad.
La actividad que vemos en las escuelas consiste en animar a los estudiantes a crear sombreros extravagantes, utilizando diferentes materiales y objetos de decoración. Esta actividad fomenta la creatividad y la imaginación de los niños, al mismo tiempo que les permite socializar y trabajar en equipo.
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Por supuesto, además de entretener, esta dinámica puede tener un propósito educativo. Ya que se trata de una oportunidad para enseñar a los niños sobre la historia de los sombreros, su importancia cultural y su evolución a lo largo del tiempo. Por ejemplo, en el norte de México el uso de sombreros es de gran importancia por el clima y la historia de la región.
Finalmente, la actividad de los “Sombreros locos”, puede ser una gran oportunidad para que niños y niñas aprendan sobre la importancia de la creatividad y la imaginación en la resolución de problemas y en la vida diaria, además de que desarrollen sus habilidades manuales a la hora de elaborar su sombrero.
El Síndrome del Sombrerero Loco
A pesar de ser una actividad agradable y divertida tiene un curioso origen que no tiene nada que ver con la diversión. Y es que durante el siglo XIX una extraña enfermedad se extendió entre el gremio de los fabricantes de sombreros. Este se llamó el mal del sombrerero, enfermedad o síndrome del sombrerero loco.
Esta enfermedad, también llamada "Intoxicación ocupacional por mercurio", de acuerdo a fuentes médicas y científicas consiste en los efectos neurológicos y psicológicos que pueden ocurrir después de la exposición prolongada al mercurio. Es decir se trata de intoxicación por mercurio o hidrargirismo.
Y es que los fabricantes artesanales de sombreros, usaban mercurio para elaborar sombreros de fieltro y con frecuencia desarrollaban síntomas negativos como resultado de la exposición constante a ese metal.
Los síntomas eran temblores, debilidad muscular, falta de coordinación y problemas de memoria. También podían experimentar problemas emocionales y psicológicos, como ansiedad, depresión, irritabilidad y cambios de personalidad.
El personaje del Sombrerero Loco en "Alicia en el país de las maravillas" de Lewis Carroll se ha relacionado a menudo con una enfermedad neurológica llamada enfermedad del sombrerero. Y es a través de este personaje que la asociación entre los sombreros y la locura ha llegado hasta nuestros días.
El mercurio es un metal tóxico que puede acumularse en el cuerpo a lo largo del tiempo, y la exposición prolongada puede ser particularmente peligrosa. Y no sólo los fabricantes de sombreros están expuestos a sufrir esta enfermedad, sino que por desgracia el mercurio se encuentra en diversas fuentes, como algunos tipos de pescado, amalgamas dentales y dispositivos electrónicos. Por ello, incluso en la actualidad hay casos de hidrargirismo.
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