A raíz de la pandemia del Covid-19, que obligó a la población a contar con otro tipo de tecnologías y se tuvo acceso a diferentes dispositivos electrónicos y de comunicación, comenzó la decadencia de los conocidos Cibercafé.
Ya hay muy pocos lugares de este tipo, en los que se contaba con varias computadoras e impresoras para rentarlas y que los clientes navegaran, a veces por horas en internet.
En sus mejores épocas, acudía gran cantidad de personas con fines de entretenimiento, a consultas, hacer tareas y trabajos o simplemente a chatear con otros desde una computadora.
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Por ahí de finales de los 90 o inicios de los 2000, se cobraban unos 5 pesos por hora de uso de la máquina y el internet; comenzaban a usarse los correos electrónicos y los chats que fueron una gran novedad de comunicación para todos.
Ahora, aunque algunos sobreviven, parece que han quedado obsoletos y es muy raro que alguien los visite al menos para trabajar de esa manera.
Celulares desplazan a las computadoras
El fácil acceso a los dispositivos, principalmente a los celulares, ha sido uno de los principales factores que los propietarios consideran parte de la caída de este negocio que en su momento fue tan popular.
En el mero corazón de ciudad Lerdo, a la siguiente cuadra de la Presidencia Municipal, se encuentra todavía un Cibercafé, ya está en crisis, no es lo mismo de antes, no hay clientes que renten las computadoras, no usan el internet.
"Ya prácticamente todo mundo tiene un celular y con internet; cada vez es más fácil hacer todo, hay más y mejores dispositivos, pero también aplicaciones que hacen todo fácil y rápido", comenta el ingeniero Francisco Mota, propietario de este negocio.
Ahí, cuando acude la gente, lo hace básicamente para imprimir, porque si es más complicado que cualquier persona tenga una impresora, además de resaltar costo; en este lugar solo envían los documentos, incluso ya de otras formas más simples como el Bluetooth o vía WhatsApp.
"Después de la pandemia ya de plano nadie venía; tuvieron que comprar para tener en casa".
Buscar alternativas comerciales para no morir
Ahora el reto de quienes conservan este tipo de locales es renovarse; algunos ya están diversificando sus servicios y ofrecen otras alternativas dentro del negocio.
En el caso de este Ciber de Lerdo, cuentan con todo tipo de accesorios para celulares, además de la reparación de los mismos; otros artículos tecnológicos se pueden encontrar y es la forma en la que sobrevive el negocio.
De hecho, el ingeniero Mota piensa irse el próximo año de este local; la renta es costosa y el Ciber ya no da, está prácticamente obsoleto este servicio.
"Antes de la pandemia sí venía todavía bastante gente, pero el encierro obligó a la gente a obtener sus dispositivos y tener siempre en casa para todo lo necesario ".
En ese tiempo la mayoría de las personas trabajaban y estudiaban desde casa y quienes no tenían dispositivos o computadoras para hacerlo, tuvieron que hacerse de ellos, esto redujo la necesidad de acudir a un Cibercafé.
Ya muy pocos recurren a un Cibercafé
Acuden a lo mucho una o dos personas por semana, a veces nadie; imprimir sigue siendo una actividad que si requieren todavía y para muchos es mas fácil y económico acudir a este tipo de lugares.
"Pocas veces usan las computadoras y eso, para abrir el correo, descargar archivos e imprimir, pero no tanto para hacer consultas o ponerse a trabajar ", detalló.
En su mayoría los que acuden son personas mayores, que no están tan adaptados a la tecnología y los dispositivos; todavía se les facilita más escribir o trabajar en una computadora y no en el celular.
Los estudiantes ya no acuden para nada, dijo el dueño; la mayoría traen tablets para trabajar, laptops o en los mismos celulares tienen donde hacerlo, aplicaciones que facilitan las cosas cada vez más.
Antes los periodos vacacionales eran preocupantes porque se daba una disminución considerable de clientes, pero ya es igual en todo el año, ya la gente no acude y están muriendo este tipo de negocios.
Todos se van adaptando a las nuevas necesidades
En el caso de Torreón, había algunas papelerías que contaban con un área de Cibercafé; sin embargo, estás también optaron por quitarlos y conservan solo un par de computadoras e impresoras, cambiando el servicio únicamente por el de recepción e impresión de archivos o incluso ofrecen trámites de CURP, pagos de licencias de conducir o algunos de tipo gubernamental que se hacen por internet.
Cobran una cantidad entre 10 y 15 pesos por hacer el trámite y de 1 a 3 pesos si la impresión es en blanco y negro o de 4 a 8 si es con tinta a color.
En el oriente de la ciudad hay dos papelerías que cambiaron totalmente esa manera de trabajar; de tener las computadoras con internet de manera prioritaria, se enfocaron en el rubro de papelería y regalos, para complementar solamente con las impresiones.
Seguramente en la Comarca Lagunera hay muchas más que han tenido que adaptarse como Punto Net y la Papelería Daniela; seguir con el negocio y conservar clientes pero con diferentes servicios.