En los tiempos actuales, cualquier cosa puede volverse un meme o una burla para las redes sociales. Esta razón llevó a que un país decidiera ¿cambiar su nombre? Te contamos el caso de Turquía cómo y por qué han tomado esta ‘extraña’ decisión.
La razón principal de esta decisión es que Turquía está harta de ser asociada con el pavo, más conocido como símbolo de la fiesta estadounidense de Acción de Gracias, por su nombre en inglés Turkey.
La decisión fue tomada por el gobierno de Recep Tayyip Erdogan e incluso enviaron una solicitud a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para pedir el cambio de nombre de Turkey para que ahora se les reconozca como Türkiye. Erdogan explicó que el cambio solo aplicará para su nombre en inglés.
El jueves, las Naciones Unidas reconocieron el cambio de nombre del país a Türkiye, pronunciado /tur-quí-ye/.
"La principal razón por la que Turquía cambia de nombre es para eliminar la asociación con el ave […] Pero además, el término se utiliza en el lenguaje coloquial para denotar fracaso" dijo Sinan Ulgen, presidente del grupo de reflexión EDAM, con sede en Estambul.
Si bien gran parte de la gente que no se quejó de la petición, sí hubo quienes criticaron al gobierno por estar más preocupados en cambiar el nombre a Turquía que recuperar la buena economía del país.
Este tipo de cambios de nombre ya han ocurrido con otros países, como en 2020, cuando Países Bajos solicitó que dejaran de llamarles Holanda, mientras que en 2019, la Antigua República Yugoslava de Macedonia, solicitó que dejaran de llamarlos con ese extenso nombre y procedieran a ser Macedonia del Norte.
No es la primera vez que la nación intenta cambiar su nombre, dijo. A mediados de la década de 1980 se hizo un intento similar bajo el mandato del primer ministro Turgut Ozal, pero esta nunca llegó a tener tanta repercusión.
Además, en esta ocasión, es posible que haya motivaciones políticas detrás de la medida, ya que los turcos volverán a las urnas el próximo mes de junio en medio de una severa crisis económica, y sumado a que la posición de Erdogan en las encuestas ha descendido considerablemente a lo largo de los años (las encuestas de finales del año pasado muestran el apoyo al partido gobernante AK en torno al 31-33%, según Reuters, frente al 42,6% de las elecciones parlamentarias de 2018) esto podría no ser más que una estrategia política.
Los analistas afirman que, en tiempos de crisis, el presidente tiende a recurrir a medidas populistas para desviar la atención de los problemas internos.
"El nuevo nombre distraerá al público nacional de problemas más concretos y urgentes y ofrecerá al presidente Erdogan otro argumento para su defensa de una Turquía más fuerte y tradicional", dijo Francesco Siccardi, director de programas del grupo de reflexión Carnegie Europe.
En otro movimiento populista en 2020, Erdogan emitió un decreto para convertir el histórico Museo Bizantino de Santa Sofía en una mezquita.