Al interior de un supermercado de la cadena Carrefour en Recife, Brasil, falleció un hombre el pasado 14 de agosto y en lugar de suspender las ventas por un momento, solamente taparon su cuerpo para seguir abierto al público.
De acuerdo con la información que circula en medios internacionales, el occiso respondía en vida al nombre de Moisés Santos y era promotor de ventas en el lugar, donde repentinamente sufrió un ataque cardiaco.
Tras percatarse de lo sucedido, el gerente de la tienda decidió que era buena opción usar unos cartones y unas sombrillas para evitar que los clientes vieran lo que había sucedido y simplemente seguir con las ventas.
Cuando se supo de lo ocurrido, le llovieron una serie de críticas a la cadena por no haber cerrado la tienda, lo que los llevó a emitir un comunicado:
“La empresa se equivocó al no cerrar la tienda inmediatamente después de lo sucedido para esperar el funeral, así como al no encontrar la forma correcta de cuidar el cuerpo”, dijo.
“Pedimos disculpas a la familia y estamos dispuestos a apoyarlos en todo lo que sea necesario”, añadió.
Los indignados llamaron a boicotear a la empresa por lo acontecido.