Según cuenta la historia, el origen de la tortilla de maíz se remonta antes del año 500 A.C., cuando las comunidades precolombinas de Mesoamérica utilizaron el maíz como alimento base.
Posteriormente, fue que nació el proceso de la nixtamalización, en el que los granos de maíz son cocidos con agua y cal para después formar la masa que da vida al platillo favorito de los mexicanos, la tortilla de maíz.
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Sin embargo, debido a su popularidad entre el público de México, muchos de sus productores han decidido alterar el proceso original de la tortilla, tanto que hoy en día son muchos los lugares donde este alimento es vendido como una imitación de la receta real.
Por esta razón, es que te mostramos algunos de los puntos importantes a identificar a la hora de comprar u obtener tortillas, de este modo sabrás si su origen es en realidad de buena calidad.
Las tortillas hechas con la cantidad correcta de masa tienden a inflarse al ser expuestas al calor, por lo que si tu tortilla suele romperse, quizá sea porque contiene un ingrediente diferente.
El color también es un aspecto sumamente importante, pues las tortillas cocinadas originalmente con maíz nixtamalizado tienen un color amarillo, en cambio, las que están hechas con maíz transgénico suelen ser blancas.
Como ya se mencionó en el primer punto, las tortillas de buen origen no suelen romperse ni agrietarse, y deberían permanecer intactas durante poco más de tres días.
La textura normal de una tortilla debe ser gruesa y consistente, si por el contrario, su forma es delgada, significa que no cuenta con los nutrientes suficientes para ser una tortilla buena.
Por último, no podemos dejar pasar el sabor, el cual por ningún motivo debe ser salado o de sensación rasposa en el paladar.
Ahora que ya conoces esta información, es que podrás ser mas cuidadoso a la hora de adquirir tus tortillas, y así gozar de los múltiples platillos que se pueden hacer con ellas.