De niños es normal que nos encariñemos con ciertos juguetes, incluso hay ocasiones donde se crea un apego emocional que nos provoca llevarlos con nosotros a todas partes porque su compañía nos hace sentir seguros. Aunque la mayoría de los juguetes que llaman la atención de los infantes suelen ser de apariencia amable y tierna, esta niña se volvió viral, pues su muñeca favorita es todo menos adorable.
La pequeña Briar Beard fue a visitar con sus papás una tienda en Florida donde vendían todo para decoración de Halloween, fue ahí donde vio a la monstruosa muñeca que se volvería su compañera fiel de viajes.
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La famosa muñeca se vende bajo el nombre de Creepy Chloe, aunque sus papás no estaban muy de acuerdo en comprarle semejante juguete a su hija, la niña se mostró insistente hasta que accedieron.
Aunque Creepy Chloe es una muñeca de piel agrietada, expresión aterradora y ojos negros que se prenden en color rojo, Briar no le presta importancia a esos detalles y la viste como lo haría con cualquier muñeca. En las fotos de su cuenta de Instagram se le puede ver con coronas en la cabeza, vestidos de princesa, conjuntos en colores rosas, incluso con zapatos hechos a su medida.
Esta pequeña y su compañera de juegos tienen una página en Instagram manejada por los padres de Briar donde suben fotos de sus múltiples viajes y aventuras, donde visten a la muñeca siempre de acuerdo a la ocasión.
Se volvió popular en redes sociales
Los medios de comunicación se han comunicado en varias ocasiones con los padres de Briar para hacerles entrevistas sobre este curioso vínculo entre la niña y Creepy Chloe, pues sin duda es un caso especial y que la mayoría de las niñas sentirían miedo o desagrado hacía la muñeca.
Lo que más llama la atención a los usuarios de Instagram es que en cada foto el vestuario de la niña combina con el vestuario de la muñeca, se les ha visto vestidas como princesas, como brujas, y con trajes de baño. No cabe duda que el cariño que los niños sienten por sus juguetes va más allá de las apariencias y estereotipos.
Nota publicada originalmente en: El Occidental