Una mujer musulmana solicitó los trámites de divorcio en el distrito de Sambhal, Uttar Pradesh, India. Alega que su esposo la ama demasiado, no discute nunca con ella, cocina y limpia.
Ambos llevan casados 18 meses, pero todo parece indicar que la mujer está “harta”.
A la Corte le dijo: “no me grita y tampoco me ha molestado por ningún tema. Incluso cocina para mí y también me ayuda a realizar las tareas del hogar. Siempre que cometo un error él me perdona”.
Y continuó: “Quería discutir con él. No necesito una vida en la que mi marido esté de acuerdo con todo”.
Al escuchar sus argumentos, la Corte decidió rechazar la petición y les pidió resolver sus diferencias. Consecuencia de eso, solicitó al consejo de la aldea aceptar la separación, pero también lo rechazaron.