Debido al ritmo frenético con el que se vive actualmente, cada día surgen nuevos síndromes que afectan a la salud mental y física. Algunos tienen su origen en el pasado, la educación y el poso cultural que se nos va quedando. Tal es el caso del Síndrome de Wendy.
Como puedes suponer, el síndrome de Wendy hace referencia al personaje homónimo de ‘Peter Pan’ el cual afirma su identidad a través de los cuidados. Pero, ¿en qué consiste y cómo se descubrió? Te contamos.
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¿Qué es el Síndrome de Wendy?
El primero en nombrar este término fue el psicólogo Dan Kiley en 1983, quien explicó como los que lo padecen manifiestan una excesiva preocupación por los demás, al grado de dejar de lado sus propias necesidades para servir/ayudar a los demás.
Hay que tener en cuenta que alguien sea simplemente buena persona y no tenga tal síndrome. Según Soraya Bajat, jefa de Psicología del Hospital Universitarios La Zarzuela:
"Las personas que padecen este síndrome sienten la necesidad de satisfacer a los demás a través de los cuidados o la protección, entendiendo el afecto como un acto de sacrificio. Además, existe cierta resignación en este comportamiento que se produce por miedo al rechazo o al abandono. La diferencia radica en que estas personas anteponen siempre a los demás sobre los deseos o necesidades propias"
Según la especialista, la diferencia entre alguien bondadoso y alguien con el Síndrome de Wendy es que estos últimos reportan un malestar con el pasar del tiempo.
“Cuando una persona hace algo bueno por otro, lo suele hacer de manera gratuita y desinteresada. Sin embargo, una persona que sufre este síndrome, padecerá niveles elevados de ansiedad y se sentirá excesivamente culpable si no cuida o protege correctamente al otro, olvidando su propia identidad, su felicidad y realizando conductas autodestructivas con el mero fin de complacer.” Explica el equipo de contenido clínico de TherapyChat, liderado por Isabel Aranda, psicóloga sanitaria y Chief Content Officer de la compañía.
También comentan que pese a que el síndrome de Wendy no tiene una entidad clínica reconocida como para poder estar hablando de una patología, sí que posee determinadas características clínicas que son susceptibles de tratamiento.
"Esta actitud de cuidado es llevada al extremo, hasta el punto de que se olvidan de su propia felicidad y se dedican a vivir por y para los demás. Asimismo, se caracterizan por ser personas inseguras, con baja autoestima y pobre autoconcepto y por ser incapaces de marcar sus propios límites o tomar decisiones sin la aprobación de los demás. Todo lo que hacen lo hacen para conseguir una validación externa y un reconocimiento que afirme su propia identidad", aseguran.
Problemas derivados del Síndrome de Wendy
Según Soraya Bajat, “el problema de este tipo de conductas o estilo de personalidad es que no suelen ser fáciles de reconocer por parte de quien los padece y, por lo tanto, necesitan la ayuda adecuada para darse cuenta de este comportamiento y adquirir las herramientas para tratarlo. En estos casos habrá que detectar las causas que lo provocan y, a partir de ahí, establecer los pasos para solventarlo, algo que también requiere de la participación activa del entorno cercano. Una adecuada salud mental mantiene un equilibrio entre el autocuidado y el cuidado a los demás, ambos necesarios para un adecuado bienestar psicosocial”